La Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial de la Ciudad de México (PAOT) es una herramienta crucial para transformar nuestra megalópolis en un espacio ordenado, sustentable y sostenible.
Su labor jurídica es un pilar del desarrollo urbano planeado y del respeto al medio ambiente, en consonancia con las prioridades del Plan General de Desarrollo liderado por la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada.
La PAOT enfrenta retos mayúsculos. Uno de los principales es combatir al llamado Cártel Inmobiliario: un grupo de desarrolladores que, coludidos con autoridades desleales, violan normas urbanas para obtener ganancias fuera de la ley.
Estos actores construyen inmuebles con más pisos, departamentos y áreas de las permitidas, ignorando el Reglamento de Construcciones y poniendo en riesgo vidas humanas.
Aunque la PAOT carece de facultades sancionadoras, investiga irregularidades urbanas y ambientales a petición ciudadana, emitiendo recomendaciones, dictámenes y exhortos.
Su impacto es limitado por la falta de herramientas coercitivas, una debilidad que debe subsanarse para frenar los abusos que afectan tanto la infraestructura urbana como el bienestar colectivo.
La PAOT en un nuevo esquema gubernamental
La creación de la Secretaría de Planeación, Ordenamiento Territorial y Coordinación Metropolitana (SPOTMET) y del Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva es una oportunidad para potenciar el trabajo de la PAOT.
Una coordinación más estrecha entre estas instancias permitiría supervisar de manera más eficaz el cumplimiento de las normas y garantizar cero impunidad ante violaciones urbanas y ambientales.
Actualmente, la PAOT sólo actúa tras denuncias.
Ampliar su facultad para operar de oficio, en colaboración con la SPOTMET, fortalecería la vigilancia urbana y ambiental.
Además, se necesita supervisión permanente para evitar la proliferación de construcciones irregulares que saturan servicios básicos y comprometen la infraestructura de la ciudad.
La batalla por el patrimonio cultural y ambiental
El respeto a los planes parciales de las alcaldías y la protección del patrimonio cultural edificado deben ser prioridades inaplazables.
La destrucción de sitios catalogados, impulsada por la corrupción y la voracidad de desarrolladores, implica una pérdida irrecuperable para la identidad colectiva de la ciudad.
La coordinación con el Tribunal de Justicia Administrativa es esencial para frenar los amparos que permiten la construcción y continuación de obras ilegales.
La PAOT, con su registro de sitios patrimoniales, debe tener un papel más proactivo en su protección.
La participación ciudadana también es clave.
Los vecinos, organizados en Copacos, pueden ser los ojos y oídos para detectar arbitrariedades a tiempo.
Un sistema de denuncias eficaces permitiría una intervención más oportuna de la PAOT.
Un futuro sostenible
La Ciudad de México no puede seguir en la senda del desorden. Es urgente alinear a todas las alcaldías con el
gobierno central en turno, para propiciar un desarrollo urbano que pondere el impacto ambiental, social y económico.
Cada proyecto aprobado debe cumplir criterios estrictos que aseguren un equilibrio entre el crecimiento y el bienestar ciudadano.
La PAOT tiene la capacidad para ser el garante de este objetivo, pero necesita fortalecerse en atribuciones y colaboración interinstitucional.
Retomar el camino hacia un desarrollo urbano ordenado es esencial para proteger el patrimonio común, el entorno natural y mejorar la calidad de vida de las generaciones actuales y futuras.
Es momento de actuar con visión y determinación.
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