Opinión

INEGI frente al desafío de la austeridad republicana

INEGI Encuestadores del INEGI

Aunque en el Instituto Nacional de Estadística, y Geografía (INEGI) no ha hecho comentario alguno sobre el ajuste de más de 17% a su presupuesto, al interior del organismo especializado en estadísticas del país hay un sentimiento de zozobra. Piensan en todas las encuestas y actualizaciones de los censos que deben realizar durante 2025 y consideran que será difícil cumplir en los estándares mínimos. Les cuento que el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación presentado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público contempla un recorte de 17.5% para las partidas asignadas al INEGI), lo que podría afectar el desarrollo de algunas encuestas clave para este organismo autónomo. De acuerdo con la información del proyecto de Egresos, para el INEGI se tiene prevista una asignación presupuestal de 12,200 millones de pesos que se compara negativamente contra los 14,200 millones con los que contó en 2024. En 2022, el INEGI contó con un presupuesto de 7,000 millones de pesos debido al confinamiento. En 2023 el presupuesto asignado se ubicó en 9,875.4 millones de pesos. En teoría, el INEGI está recibiendo un presupuesto superior al de hace varios años y debería ejecutar sus encuestas sin problemas. Sin embargo, el primer análisis al interior del INEGI indica que podrían enfrentar problemas. El mensaje parece ser que será necesario ajustar partidas como sueldos y otros gastos corrientes para no afectar la operación. En el INEGI también se registran sueldos altos en términos brutos pero que al descontar impuestos son inferiores a los niveles que establece la Ley de Austeridad y a la norma de no exceder el ingreso que percibe la presidenta Claudia Sheinbaum. La más reciente auditoría al INEGI realizada por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) no exhibe desviaciones de recursos ni un mal uso de los mismos. En otras palabras, el INEGI gasta correctamente cada peso que se le asigna. Aunque el INEGI tiene aprobado su calendario de encuestas y censos para el primer semestre de 2025, al interior del Instituto se prepararía para ajustar este calendario de actividades en función del presupuesto que se apruebe en el Poder Legislativo.

Información clave sobre adultos mayores

Otro de los productos estadísticos y de información del INEGI cuya ejecución podría verse afectada es la Encuesta Intercensal 2025 (EIC 2025) porque se trata de una encuesta se realiza a mitad del periodo entre los censos decenales, como el Censo de Población y Vivienda 2020. El objetivo de la EIC es actualizar datos sobre población, viviendas y características socioeconómicas, con un enfoque especial en los efectos de la pandemia por COVID-19. Se estima una muestra de aproximadamente 7 millones de viviendas, con información desglosada hasta nivel municipal y para localidades de más de 50,000 habitantes. La EIC también permite a la Secretaría de Hacienda contar con información relevante para la asignación de partidas presupuestales para los estados. Así que la EIC tiene una utilidad clara en materia presupuestal. Esta encuesta incluirá datos sobre migración, natalidad, mortalidad y condiciones de las viviendas. Dado el recorte, también se descarta la Encuesta Nacional de Envejecimiento que, hasta ahora, se había realizado en colaboración de la Doctora Wong de la Universidad de Texas. Se realiza, lamentablemente, cada vez que se cuenta con este tipo de aportaciones. De esta forma, si en México sabemos sobre el envejecimiento en el país, no es por el presupuesto público del país. Es, lamentablemente, por el interés de un investigador que actualmente está en Texas.

En varias ocasiones, personal del INEGI pidió al Congreso los recursos para formalizar esta encuesta, sin embargo, no se aprobó eso. Y en una población que cada vez se está envejeciendo más, basta ver la pirámide poblacional de México. El INEGI, en coordinación con la Universidad de Texas Medical Branch, llevó a cabo la ENASEM 2021, la cual da seguimiento a la información producida en los levantamientos de 2001, 2003, 2012, 2015 y 2018, sobre la población de 50 años y más en México, respecto al proceso de envejecimiento, el impacto de las enfermedades y la discapacidad en la realización de sus actividades, cualquiera que estas sean. Así que en el INEGI claramente valdría la pena revisar en dónde se pueden ejecutar eficiencias para no afectar el desarrollo de encuestas clave para los mexicanos.

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