Opinión

Impunidad, recompensa para los Yunes

Miguel Ángel Yunes Márquez en el Senado
Miguel Ángel Yunes Márquez El legislador durante la Sesión Ordinaria en el Senado de la República.

Morena es un buen pagador. Un juez, por una de esas extrañas coincidencias de la política, canceló la orden de aprehensión en contra de Miguel Ángel Yunes Márquez por usar documentos falsos, falsedad de declaraciones a la autoridad, y fraude procesal. Yunes Márquez, que era panista, le dio a Morena un voto clave para poder satisfacer su insaciable apetito de cambios constitucionales. Lo expulsaron del blanquiazul por traición, como era natural. A cambio el oficialismo está listo para premiarlo.

¿Cómo interpretar lo ocurrido? El senador mexiquense Enrique Vargas dijo que la exoneración confirma que sí hubo una burda negociación entre Morena y el senador veracruzano para que votara en favor de la Reforma Judicial, entre otras reformas, a cambio de impunidad. “Fue una clara negociación de que se pasara a votar con Morena todas las reformas y así le van a ir cancelando órdenes de aprehensión, no sólo la de él, sino de toda su familia”. Vargas del Villar, continuó: “Lo dijimos muy claro: esta mayoría que hoy tiene Morena fue comprada, fue por amenaza o por estos acuerdos”. Lo que se dice en Veracruz es que el manto protector de Morena cobijará a una familia que tantos pendientes tiene con la ley.

Ya viene el cambio de gobierno en Veracruz. La nueva gobernadora, Rocío Nahle, es esperada con ansias por una población harta de la ineficiencia y la frivolidad del gobierno de Cuitláhuac García del que ya no quieren saber nada. Lo realmente inesperado es que los Yunes, que se le fueron a la yugular a Nahle durante la campaña, ahora son más morenistas que nadie y ya se presentan como los nuevos aliados de la próxima gobernadora. De no creerse.

EU, país cojo

China es el rival más fuerte. Puede desafiar a Estados Unidos en todos los terrenos, desde el militar hasta el comercial. Para hacer frente a esa amenaza los Estados Unidos tienen una carta ganadora, el T-MEC que puede contrarrestar la expansión china y proporcionar a los habitantes de América del Norte mejores niveles de bienestar.

El T-MEC lo firmó Donald Trump al inicio de su primer mandato como presidente de Estados Unidos. En una decisión por demás disparatada anunció que piensa dinamitar el tratado a partir del primer minuto de su nuevo mandato al imponer aranceles del 25 por ciento a todos los productos provenientes de México y Canadá que quieran llegar Estados Unidos. Se aplicarán esos aranceles si no se detiene el flujo de migrantes y de drogas, principalmente el fentanilo. Es la clásica confusión de la gimnasia con la magnesia.

Las economías de Estados Unidos y México son complementarias, lo que le duele a una para la otra es una tortura. Hay cadenas de producción, de suministros, que son vitales para la subsistencia de empresas mexicanas, pero también norteamericanas, como ocurre muy claramente en la industria textil donde las prendas se fabrican en ambos lados de la frontera. ¿Poner un arancel del 25 por ciento descarrilaría esa industria para beneficio de quién creen? De los chinos que están lamiéndose los bigotes por las ocurrencias de Trump.

Por eso ayer Marcelo Ebrard dijo que los aranceles son un balazo en el pie de la economía de Estados Unidos. Para los chinos será muy fácil someter a un país cojo. Estamos en este embrollo porque Trump les vendió a los votantes gringos la verdad alternativa, por no decirle franca mentira, de que el problema de las drogas, que es muy complejo, se resolvería haciéndole manita de puerco a México, por ejemplo, imponiéndose aranceles. Propongo un ejercicio de imaginación: ¿si de aquí al 20 enero el gobierno mexicano captura al principal sus hermanos se acabaría el tráfico de drogas a Estados Unidos? Claro que no. El mercado, como debería saberlo un capitalista feroz como es Trump; mueve la maquinaria.

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