Bajo el título de “Primero los ricos”, una reciente nota de un prominente diario da cuenta de que se requieren doce ceros para escribir y referirse a la riqueza total de los dos mil seis cientos ochenta y dos multimillonarios que existen en el mundo, con fortunas individuales de al menos mil millones de dólares, quienes tomados en conjunto, acumulan una riqueza estimada en 14 millones de millones de dólares (14,000,000,000,000). Ello sugiere que si estos magnates integraran un país, ocuparían la séptima posición entre los países más ricos del globo, atrás de Estados Unidos, China, Alemania, Reino Unido, Francia e India. (“Primero los ricos”, La Jornada Internacional, 13diciembre2024, https://lajornadainternacional.substack.com)
La población mundial está calculada en poco más de 8 mil 200 millones de personas, con lo cual ese minúsculo grupo de individuos hiperprivilegiados representa apenas el 0.00003 por ciento de ese total. La riqueza acumulada es descomunal.
De acuerdo con la sociedad corporativa suiza UBS, “en solo un año, entre 2023 y 2024, el patrimonio de [los] multimillonarios [del mundo] aumentó en 2 billones de dólares.” Para mayor referencia, si acaso agregar que UBS es una de las mayores instituciones suizas en gestión de patrimonios personales.
En este pequeño mundo de privilegiados, “los multimillonarios estadounidenses acumularon las mayores ganancias en 2024”. No deja de llamar la atención que a pesar de esa riqueza, desde luego concentrada en pocas manos, el país norteamericano también ranquea en los primeros lugares de desigualdad entre los países desarrollados.
Como hemos sugerido en otras colaboraciones la generación de riqueza no conlleva directamente a la creación de condiciones de equidad, siendo probablemente uno de los falsos dogmas más notorios del modelo de crecimiento económico que ha imperado globalmente en las últimas décadas, incluyendo México, y que ha sostenido que el mercado es un mecanismo igualador por antonomasia.
Solamente cuestionado hasta fechas recientes ante las disparidades ocasionadas a lo largo de los años y el aumento progresivo -escandaloso- de la brecha entre ricos y pobres en el mundo y en el interior de las sociedades.
La nota en cuestión difunde que en América Latina y el Caribe los magnates también aumentaron sus fortunas en el periodo mencionado. En específico señala que “México ganó el primer lugar en la región: el número de multimillonarios aumentó en 57 por ciento (de 14 a 22). Estos mexicanos tienen una fortuna en total de 199 mil 700 millones de dólares en 2024. Aunque hay más súper ricos en Brasil, no se reproducen al mismo nivel - su número creció en sólo 33 por ciento”. No puede obviarse que se trata de las dos economías más grandes de la región, actualmente con gobiernos progresistas que han venido intentado construir, desde abajo, condiciones más adecuadas en favor de una igualdad social que reduzca estas brechas tan amplias en sus sociedades y que las afectan en varios sentidos.
Con tono crítico, se anota que en Estados Unidos Donald Trump está en camino de integrar “un gobierno de los ricos, por los ricos y para los ricos... Para asegurar que esto continúe - al parecer nunca están satisfechos - Trump ha nombrado al gabinete más rico en tiempos modernos, con un valor combinado de por lo menos 10 mil millones, sin incluir la fortuna personal de 360 mil millones de Elon Musk, a quien se refieren como el `primer cuate’ del próximo presidente. Entre sus actos iniciales estará [una] reducción de impuestos para los más ricos.” Pocas cosas tan paradójicas para un mandatario que en las urnas recibió el apoyo de amplios sectores de la clase trabajadora de ese país.
Volveremos al tema en siguientes columnas.