Opinión

Claudia, persona del año 2024

Claudia Sheinbaum

A estas alturas de diciembre, no hay duda de que la persona del año 2024 en México es Claudia Sheinbaum. Ganó casi sin despeinarse el proceso interno de Morena para elegir candidato presidencial y en la elección federal de junio se convirtió en la persona más votada de la historia del país, incluso por encima de su mentor López Obrador, algo que lucía imposible.

Se convirtió así en la primera mujer en llegar a la Presidencia lo que constituye un hito histórico en particular en un país como México con una centenaria tradicional patriarcal. Se dirá que su ascenso obedeció al interés personal de Andrés Manuel de dejarla en Palacio Nacional. Eso no se discute, pero el gran mérito de la doctora Sheinbaum es que siempre fue una candidata creíble, por momentos natural. El tabasqueño no tuvo que forzar nada porque ella hizo un buen gobierno en una ciudad compleja como la CDMX, mostrando en los hechos que podía con responsabilidades mayúsculas y que lo hacía mejor que los hombres que ocuparon la oficina principal del Palacio de Ayuntamiento.

La elección interna de Morena, ese circo de las corcholatas estuvo diseñado para su triunfo, lo cual puede ser cierto, pero ella hizo un trabajo correcto, sin errores, mostrando una disciplina estratégica que no se encuentra con facilidad entre nosotros, con políticos más dados a la inspiración y la ocurrencia del momento. Del elenco morenista era la única con vínculos reales con las bases del movimiento, que casi sobra decirlo ven a Adán Augusto, Marcelo, Monreal y al Verde Velasco como foráneos. El único que de alguna forma jugaba de local era Fernández Noroña, pero la verdad nunca se le consideró un rival con posibilidades. De manera que cuando Claudia ganó la única duda era que haría Marcelo Ebrard cuando los resultados se dieron a conocer. Marcelo no hizo nada.

Claudia arrancó la campaña presidencial con ventaja. Contra muchos pronósticos, incluido el mío, fue ampliando esa ventaja, dejando a sus rivales de ocasión, Xóchitl y Máynez tirados en la cuneta. Ambos candidatos opositores fueron candidatos improvisados, nadie había pensado en ellos. Xóchitl impuso su súbita popularidad a la coalición PRI, PAN y PRD y Máynez brincó porque Samuel García optó por cuidarse él mismo las espaldas en Nuevo León, sin correr el riesgo de aventurarse a nivel nacional.

En cambio, la candidatura de Sheinbaum se cocinó a fuego lento y eso se notó en la campaña. Su arranque como presidenta generó una reacción positiva casi general. Los problemas que tiene se los heredó AMLO, como esa cosa rara que se llama Reforma Judicial y la orden de que los que participaron en el juego de las corcholatas, para mantener la unidad del movimiento, no se fueron a casa con las manos vacías, sino que recibieran premios de consolación muy apetitosos, por eso es por lo que personajes como Adán Augusto, Monreal, Marcelo y Noroña, que no ven a Claudia como su jefa política, tienen cargos muy importantes en el Congreso y en el gabinete. Es un exceso.

Glifos

2025 será un año muy complejo para Claudia Sheinbaum y para el gobierno mexicano. No solo tiene retos enormes en materia de seguridad, derivados del empoderamiento de la delincuencia el sexenio pasado, sino que, a partir del 20 de enero, en cuatro semanas, Donald Trump regresará con todo a la Casa Blanca, lo que augura problemas graves de todo tipo, derivados de las deportaciones masivas, los aranceles, las operaciones militares y en general el discurso antimexicano de Trump y la parvada de halcones que revolotearán a su lado en el Salón Oval. El año próximo la doctora Sheinbaum estará a prueba. Conoceremos sus verdaderos alcances.

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