Opinión

Enero 2025, a la vuelta de la esquina

Durante la conferencia mañanera de la presidenta Claudia Sheinbaum se dio a conocer la incidencia delictiva en el país
Sheinbaum respalda visión de extender al T-MEC a América Latina tras visita de Petro Durante la conferencia mañanera de la presidenta Claudia Sheinbaum se dio a conocer la incidencia delictiva en el país (Sáshenka Gutiérrez/EFE)

El 2024 comienza a correr tras de sí las cortinas que lo harán pasar como un año de gran intensidad política para nuestro país. El histórico – por vía doble por lo que hace al género y por la contundencia de la votación – triunfo de Claudia Sheinbaum; la declinación de la candidatura demócrata, ya iniciada la campaña, de Joe Biden y su sustitución por Kamala Harris; la aprobación de reformas constitucionales estructurales que transforman al Poder Judicial en un nuevo espacio político en demérito de la justicia y su independencia, así como aquellas que desaparecen órganos constitucionales autónomos, señaladamente el INAI; la construcción del particular estilo y forma de gobernar de la presidenta, que aún no se consolida y por momentos muestra signos de debilidad; el triunfo de Donald Trump no solo en el Colegio Electoral, sino incluso en la votación popular, con anuncios tan radicales como la expulsión inmediata de millones de personas migrantes o el aumento de aranceles a todas las importaciones que aquél país haga desde México; una crisis de valores que parece haber inoculado a todas las personas de la región el virus de la indiferencia, el conformismo, la exclusión y el egoísmo.

El 2025, a la vuelta de la esquina, nos espera con eventos ya fijados en el calendario, como la audiencia del Ismael Zambada, el próximo 15 de enero, o la asunción de Donald Trump a la presidencia estadounidense, el 20 de ese mismo mes. Ambos hechos, por sí solos, sacarán chispas y alterarán la normalidad del inicio de año. Cualquier declaración que involucre a políticos de Morena o de la Cuarta Transformación, junto con aquellas definiciones asumidas por Trump en forma de Órdenes Ejecutivas, sacudirán el entorno nacional y dificultarán el ejercicio de gobierno, pero sobre todo la primacía del poder político, de la presidenta Claudia Sheinbaum. En nuestra anterior colaboración ya señalábamos la importancia de ganarle días al tiempo y acelerar la estrategia con la que se enfrentará a Trump y sus decisiones arbitrarias.

El pasado 20 de junio, al momento de anunciar sus primeras designaciones del equipo que la acompañaría en su mandato, Claudia Sheinbaum logró, en mi opinión, incorporar a tres de los mejores perfiles que hoy forman parte del gobierno: Rosaura Ruiz, Juan Ramón de la Fuente y Marcelo Ebrard. De ellos, los dos últimos hoy forman parte del equipo compacto que habrá de hacer frente a las negociaciones con Estados Unidos. Quizá en aquel momento la expectativa era que Joe Biden retendría la presidencia y no se presentarían mayores sobresaltos, pues no fue sino hasta un mes y un día después que se conoció la declinación del demócrata. Entonces, desde el 21 de julio y hasta el 5 de noviembre, todo fue incertidumbre, hasta que esa misma noche el destino parecía sellarse. Incluso tras el triunfo del republicano había quienes no apostaban por una radicalidad como la que ha mostrado y esperaban una moderación en sus declaraciones e intenciones. Los anuncios directos, así como las nominaciones de sus próximos colaboradores, dejan ver otra realidad.

Los primeros días del año por venir no pintan sencillos para México y buena parte de la estabilidad económica, comercial, social y política dependerá del éxito que el gobierno de la presidenta Sheinbaum tenga al momento de iniciar las conversaciones con nuestros vecinos del norte. No me queda duda de la capacidad de varios de quienes, como De la Fuente o Ebrard, participarán en las primeras charlas con el próximo gobierno estadounidense. Acaso, lo único que vale la pena recordar es que frente a ellos no estarán políticos improvisados ni mucho menos novatos, sino verdaderos tiburones que tienen muy claro que el triunfo de Donald Trump estuvo basado, principalmente, en identificar a México como el enemigo, al ser nuestro país el principal exportador de fentanilo, ruta de paso para las caravanas migrantes y socio estratégico de China para el tráfico ilegal de productos que golpean a la economía norteamericana.

Por el bien de nuestro país y la estabilidad nacional, en verdad deseo que Sheinbaum, De la Fuente y Ebrard, así como quienes les acompañen en este grupo compacto – probablemente Rosa Icela Rodríguez, Omar García Harfuch y hasta Esteban Moctezuma – sorteen de forma exitosa la aduana que enero ya anticipa.

Profesor y titular de la DGACO, UNAM

Twitter: @JoaquinNarro

Correo electrónico: joaquin.narro@gmail.com

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