La Nueva Escuela Mexicana (NEM) puede ser criticada desde muchos puntos de vista, aunque, por excepción, algunas de sus orientaciones pueden estimarse positivas. Es, en primer lugar, un proyecto que no siguió una línea histórica progresiva y edificante; por el contrario, rompió inopinadamente con la tradición de un siglo de educación mexicana.
La segunda crítica radica en su origen: fue una reforma de planes de estudios realizada a espaldas de la sociedad, por un grupo pequeño de pedagogos y algunos maestros, pero su manufactura fue un proceso secreto y nunca hubo una presentación pública formal del proyecto. Jamás hubo deliberación pública de la NEM antes de su aplicación; fue impuesta taxativamente, de un día para el otro, en todo el sistema de educación básica en agosto de 2023.
La tercera crítica es relativa al objeto o finalidad de la NEM. La educación es, universalmente, un proceso humano cuyo propósito es el desarrollo del ser humano. El desarrollo, dice Juan del Val, es el proceso que experimenta un organismo que cambio en el tiempo hasta alcanzar un punto de equilibro. El ser humano nace con una serie de conductas y disposiciones: estas disposiciones internas y los factores externos (materiales y culturales) impulsan el desarrollo. La psicología del desarrollo estudia este proceso de humanización; la educación traza sus direcciones fundamentales (Del Val, J. El desarrollo humano. Siglo XXI, 1994)
Se educa para desarrollar en el alumno competencias o capacidades que, una vez adulto, le permitan (lo ordena la constitución) integrarse a la sociedad como un ser libre, pacífico, amante de la democracia y la justicia, que puede actuar creativa y solidariamente. La educación desempeña un papel fundamental para impulsar el desarrollo. La NEM niega este enunciado básico. Para ella el objetivo de la educación no es el desarrollo del ser humano, sino “la transformación de la comunidad”, es decir, se propone un objetivo irreal, distópico, si acaso político, pero no educativo.
El plan de estudios, por su parte, es una selección de contenidos cognitivos, físicos, éticos, estéticos que refieren a los atributos que se espera adquieran los sujetos de la educación (los alumnos). Estos contenidos, se entiende, se coligen de los fines que se persiguen: las virtudes, habilidades, destrezas y conocimientos que esperamos adquieran los alumnos. En el caso de la NEM, con justificaciones de carácter pragmático, se eliminan las asignaturas (Matemáticas, Historia, Geografía, Biología, Física Química, etc.) de los planes de estudio: se argumenta que éstas son abstractas, fragmentan la visión del mundo, son inútiles, etc. Por añadidura, la NEM elimina los conocimientos y valores nacionales y universales con el argumento de que no son concretos, no tienen que ver con la vida cotidiana de los alumnos, etc. etc.
En la NEM, el logro de los fines (“la transformación de la comunidad”) prima sobre la consideración de los medios pedagógicos. Esto ocurre, dice Alicia Camilloni, porque una ideología de la eficacia ha tenido a privilegiar los resultados a costa de la consideración de la correspondencia entre “la modalidad de la formación” que se brinda y la “libertad del sujeto”. La NEM omite la libertad del sujeto al seleccionar sus herramientas didácticas y considera que la libertad del sujeto es fuente del “individualismo egoísta”. Si todas las formas de influenciar a las personas se valoran sin tomar en cuenta la libertad del sujeto, la didáctica pierde su razón de ser (Camilloni, A., El saber didáctico. 2006).
Es precisamente lo que hace la Nueva Escuela Mexicana porque se basa en una doctrina (un supuesto constructivismo social asociado a un comunitarismo ramplón) con medios y fines contrarios a la libertad. Por otra parte –de manera separada y siguiendo solo criterios utilitarios, los autores de la NEM adoptaron de la tradición pragmática el “método de proyectos” que privilegia la actividad sobre el conocimiento. Este método activista y anti-intelectual fue incorporado a la NEM bajo el argumento simplón de que permite vincular funcionalmente la escuela con la comunidad.
En su origen, el método de proyectos es un método progresista, liberal, que enfatiza la participación activa y creativa del alumno, pero en el caso de la NEM ese método es incorporado de manera distinta a manera original. a) La NEM es fundamentalmente un plan de estudios antiliberal; b) En el caso de la NEM los proyectos no favorecen la participación activa y creativa del alumno, la responsabilidad principal del diseño del proyecto recae en el profesor; c) El proyecto de la NEM no se propone desarrollar las facultades personales, individuales sino fomentar un colectivismo.
He aquí una apretada crítica de algunos aspectos de la llamada Nueva Escuela Mexicana.