Sin duda los sucesos políticos que se vivieron en este 2024 cambiarán el rostro de México como país. En este año vivimos un importante proceso electoral en el mes de junio, en el que para sorpresa de muchos, Morena y sus aliados arrasaron obteniendo una mayoría indiscutible en las urnas y dando acceso, por primera vez en la historia del país, a una mujer como presidenta de la república.
Para lograr la mayoría calificada, la alianza ganadora, valiéndose de artimañas, muy alejadas de un verdadero juego democrático, doblaron con diferentes presiones y ofrecimiento de premios políticos, al Tribunal Electoral para que reconociera una mayoría que no se obtuvo en las urnas, al mismo tiempo que obligaron a personajes del panismo, los Yunes, padre e hijo, para que a cambio de que les cancelaran los procesos judiciales en su contra, se sumaran a Morena y con ello el oficialismo pudiera obtener la mayoría calificada que les permitiera aprobar cuanta reforma constitucional quisieran, especialmente la relativa al Poder Judicial, que era su prioridad máxima.
Con la aprobación de esta reforma, se destruyó al Poder Judicial establecido para en su lugar dar nacimiento a uno nuevo que surgirá de la elección popular de jueces, magistrados y ministros que se efectuará en junio del nuevo año 2025.
Estos acontecimientos cambian radicalmente a nuestro sistema de justicia, no sabemos si por uno mejor o peor, ya que las voces de la mayoría de los expertos juristas en derecho constitucional, se han mostrado más que escépticos respecto a la funcionalidad con el nuevo sistema judicial, para lograr un proceso de impartición de justicia mejor que el actual muy cuestionado mediante innumerables críticas por parte de la sociedad.
Para el INE el reto de organizar la elección del nuevo poder judicial es colosal, empezando por el recorte al presupuesto original que presentó para poder instrumentarlo. De 13 mil millones de pesos solicitados, el congreso lo bajó a menos de 7 mil millones. Con base en ese recorte el instituto informó que de las 172 mil casillas instaladas para la elección presidencial, del congreso y autoridades de la CDMX, en junio del 24, para esta elección muchísimo más complicada, sólo podrán instalarse menos de la mitad, 73 mil 850.
La impresión de las boletas ha tenido problemas por falta de papel; para darnos una idea, tan sólo la boleta para la elección de ministros llevará 81 nombres, y en una sola urna, los ciudadanos tendrán que votar para jueces, magistrados y ministros por la disminución del número de casillas a que obliga la falta de presupuesto. En la CDMX, cuando en la elección presidencial y jefatura de gobierno en junio pasado, se instalaron un poco más de 13 mil casillas, en la elección del poder judicial sólo se instalarán 7 mil 600.
Se anticipa que habrá una abstención histórica, lo que favorecerá al oficialismo en un proceso electoral único en el mundo, en un país con una democracia frágil, se augura un gran fracaso por los conocedores del tema electoral. Sin embargo, esta ocurrencia es ya irreversible y ocasionará gastos multimillonarios para un país con un déficit presupuestal alto y falta de recursos para temas fundamentales como el educativo, salud y seguridad.
Pero el acontecimiento que más ha cimbrado a nuestra clase política en el año que termina, fue el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de EU en noviembre pasado. Las amenazas y advertencias sobre las decisiones de imponer aranceles a nuestros productos si el gobierno no hace algo contundente contra los narcotraficantes, para detener el tráfico de fentanilo, detener la ola permanente de migrantes ilegales, así como evitar que China utilice a México como base para introducir mercancía ilegal, barata y de mala calidad, a los EU.
El gobierno se puso a trabajar de inmediato y de forma inusitada, en un corto lapso, ha incautado millones de toneladas de droga en diferentes partes del territorio, ha decomisado miles de toneladas de mercancía ilegal procedente de Asia y detenido a capos destacados del crimen organizado. También ha detenido a políticos y funcionarios menores en los estados de México, Guerrero y Chiapas por su complicidad con el crimen organizado. Después de todo, el fantasma de la llegada de Trump el próximo 20 de enero a la Casa Blanca nos está favoreciendo.
Los secretarios de economía y relaciones exteriores, Marcelo Ebrard y Juan Ramón de la Fuente, no han gozado de unas fiestas decembrinas tranquilas, han tenido que realizar acciones como respuesta anticipada a quien será de nuevo presidente del país más poderoso del mundo.
@fer_martinezg