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El año que hoy inicia será de una enorme complejidad para México. Por una parte, el gobierno de Claudia Sheinbaum enfrentará, además de las presiones clásicas para cualquier administración en su primer año, aquellas derivadas de un contexto nacional especialmente complejo en materia económica y de seguridad, así como las correspondientes a un entorno internacional especialmente tenso por lo que hace a nuevos paradigmas en el continente. Por otro lado, los ciudadanos deberemos hacer frente a desafíos propios de la crisis social a la que en otras ocasiones me he referido y que autores como Jacobo Dayán o Javier Sicilia identifican como “el vaciamiento cultural de los valores de occidente”. Vayamos por partes y tratemos de entender, primero, cuáles serán los asuntos más relevantes y delicados que la presidenta Sheinbaum y su gobierno enfrentarán durante 2025.
En el entorno internacional, el principal tema es la relación que se dará con el nuevo gobierno de Estados Unidos. A partir del 20 de enero, Donald Trump se convertirá en el presidente de aquel país y la diplomacia tradicional quizá no alcance para atajar las que ya han sido anunciadas como las prioridades del norteamericano: detener la migración hacia Estados Unidos; combatir localmente el trasiego de fentanilo y sus precursores; replantear la estrategia de seguridad hacia la delincuencia organizada; revisar el contenido del Tratado Comercial del que también forma parte Canadá, y revalorar la relación comercial con China para dejar de ser vía de paso de exportaciones irregulares. Canadá, que en otros momentos pudo haber sido aliado de México en una renegociación de las relaciones como la que se anticipa, también enfrenta retos internos y tendrá una agenda propia. Del otro lado del continente, mirando hacia el sur, la Argentina de Milei comienza a tomar una relevancia que no solo se contrapone a visiones de izquierda como las de Boric, en Chile, o Lula, en Brasil, sino que comienza a despuntar como un liderazgo disruptivo y anti sistémico que muy pronto podría rebasar a México en el concierto regional, si no es que ya lo ha hecho.
En lo local, las cosas no pintan más fáciles. A la debilidad política con la se dio la llegada de Sheinbaum al poder – por lo que muchos analistas consideran como el secuestro de posiciones clave en el gabinete, las Cámaras y el partido – se suman otros factores como la necesidad de mostrar un estilo personal de gobernar y una agenda propia de prioridades; la disputa por el poder iniciada en diciembre por Ricardo Monreal y Adán Augusto López; el desgaste con algunos gobiernos locales con los que empiezan a asomar algunas diferencias; la fragilidad económica que prevalecerá por factores como la inflación, la paridad del peso con el dólar y la creación de empleos; las dificultades técnicas, logísticas y operativas de la implementación de la Reforma Judicial; las presiones de ciertos sectores por la desaparición de algunos órganos autónomos, particularmente el INAI; las elecciones locales de Veracruz y Durango, primeras cuyos resultados serán responsabilidad política de la presidenta; la inoperatividad en algunas áreas del gobierno por no contar con un presupuesto adecuado para llevar a cabo sus funciones, entre muchos otros.
Como es fácil de apreciar, 2025 no será, ni por mucho, un año sencillo para el gobierno y para Claudia Sheinbaum. Nada que ver con lo que se vislumbraba en los días primero de enero de 2019, 2013, 2007 o 2001. Frente a un escenario como el que anticipa, solamente el talento, el pragmatismo, la inteligencia, el trabajo, la imaginación, la flexibilidad, el liderazgo y la claridad de miras, le permitirán a la presidenta salir avante y sortear las tormentas y los vendavales de la mejor manera para su gestión y para el país. Hago votos porque así sea y en el talante y carácter de la Doctora Sheinbaum y su equipo exista la capacidad y voluntad para vencer en la adversidad. A nadie sirve una derrota del gobierno.
En la próxima colaboración, los desafíos propios de la sociedad que, con independencia del gobierno, habremos de enfrentar. Por lo pronto, mis mejores deseos son para que 2025 sea un año de salud, éxito, paz y armonía para todas y todos.
Profesor y titular de la DGACO, UNAM
Twitter: @JoaquinNarro
Correo electrónico: joaquin.narro@gmail.com