Ante los desafíos pendientes en seguridad y participación social preventiva y en favor de la seguridad y la justicia, siempre será oportuno referirse a la experiencia fundacional de Meyer Klip Gervitz.
El ingeniero de 81 años fallecido este viernes, primer Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia (2008-2010), será un faro de referencia paradójicamente imposible sin la convergencia de la crisis de seguridad de la primera década de este siglo y sin el respaldo simultáneo de autoridades o sectores de la iniciativa privada y la sociedad civil.
Los asedios de los depredadores patrimoniales y de la integridad de las personas han tenido verdaderos festines de impunidad, los cuales no habrían sido interrumpidos, entre otros elementos, sin figuras como Meyer Klip.
La Marcha Blanca del 27 de junio de 2004 demostró una ciudadanía participativa y en posición de liderar a partir del hartazgo asertivo. Cuatro años después, como parte de ese proceso articulado masivo, fue designado Klip Gervitz a la cabeza del organismo, entre otros, surgido de esa movilización.
Aquel domingo de junio, como Klip, miles de personas marchamos contra la inseguridad. Iban víctimas de secuestros, asaltos, extorsión y familiares de personas asesinadas. Andrés Manuel López Obrador, entonces Jefe de Gobierno, descalificó inicialmente la gigantesca manifestación de más de 300 mil personas como “marcha pirrurris”. Poco después reconoció el equívoco y apoyó el surgimiento de organismos ciudadanos. Incluso en su libro ¡Gracias!, publicado en 2024, analizó su error inicial.
La ahora Presidenta Claudia Sheinbaum, en una sostenida línea constructiva, respaldó con apertura y generosidad para con el Consejo Ciudadano, el cual tuve el honor de encabezar durante su administración y la de Martí Batres. La visión unitaria hoy proyectada nacionalmente por ella es compartida por la ciudadanía. Su gestión abatió en 90 por ciento en el secuestro, por ejemplo.
La visión moderna de una agenda ciudadana con base en la visión no-de-izquierda-solamente, con el esfuerzo de AMLO, Klip y del entonces Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, quien promovió acertadamente a Klip seguido de Luis Wertman, es predominante.
En los años 2018 y 2024, la noción de una ciudadanía dialogante con clases medias, territorialidades y empresarios, además de las comunidades judía y libanesa proyectó la visión fundacional de Klip y la construida por compañeras y compañeros del Consejo Ciudadano en el tramo más reciente.
Extendió su estilo ejecutivo al Instituto de Verificación Administrativa, con jóvenes de la comunidad judía y otras procedencias, entrones, honestos y asertivos en su primera incursión en el servicio público.
Su legado tiene enorme valor ético y comunitario. Es esta una ciudadanía comprometida con la seguridad, específicamente, pero más allá: con el sentido común, sin fundamentalismos miopes o prácticas ineficientes tanto en seguridad como en el activismo.
Estará perdurablemente asociado a la fundación de un modelo de participación civil. Sheinbaum, como Jefa de Gobierno, integró cotidianamente al Consejo Ciudadano al Gabinete de Seguridad. Con esa misma visión, Clara Brugada la mandataria de la CDMX puede ubicar una fuente importante de auxilio social y participación en el organismo actualmente liderado por una cuarteta de mujeres: Clara Luz Álvarez, Marius Kuri Murad, Cecilia Flores de Chamlati y María Elena Esparza Guevara.
Klip Gervitz y sus compañeras y compañeros de la primera hora, entre ellos los todavía Consejeros Alejandro Kuri, Alfonso Zermeño y Ángel Mussi, más la única mujer decana del Consejo, la admirable Beatriz Mendívil de Holtz, construyeron una sólida base inspiradora para fortalecer intervención plural y atención eficiente a situaciones delictivas o de la salud mental como factor central del bienestar.
La Ciudad tuvo y tendrá a Meyer Klip Gervitz como uno de sus más nobles campeones. Descanse en Paz.