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Espero que la gran mayoría de los niños, el día de ayer, al despertarse, hayan encontrado junto a su zapato algún obsequio de los Reyes Magos. Pero no solo ellos, sino también los adultos quienes, ojalá recibieran de parte de un ser querido una sonrisa o un gesto de afecto. Esta tradición, independiente de su carácter religioso, que tiene su origen en la tradición cristiana al conmemorar la visita de los Reyes Magos —Melchor, Gaspar y Baltasar— al recién nacido Jesús en Belén, guiados por una estrella. Según el relato bíblico, ofrecieron regalos simbólicos. En nuestro país, esta festividad conserva su esencia religiosa, pero se ha enriquecido con tradiciones populares como la llegada de estos reyes que traen regalos a los niños, quienes la noche anterior dejan sus zapatos junto con cartas expresando sus deseos. Así, esta tradición combina fe, convivencia familiar y cultura en la vida moderna. Para los que permanecen en algún hospital, ya sea porque están convalecientes o acompañan a un familiar o amigo, el buen trato, una sonrisa, un abrazo e inclusive la compañía de las enfermeras y los enfermeros pueden ser de mucha ayuda, casi se podría decir, tal como lo llegó a considerar el doctor José Castro Villagrana, quien era el director del Hospital Juárez y que propuso que el Día Nacional de la Enfermera y el Enfermero se conmemora el seis de enero de cada año, al considerar a los enfermeros un «regalo de reyes».
Una de las principales tareas que realizan las enfermeras y los enfermeros es escuchar. Quizá esta tarea pueda ser infravalorada, pero en la actualidad algunos de los principales filósofos han señalado que, en un futuro, habrá una profesión a la que se le llame oyente, y que, aparte de estas personas, nadie más querrá escucharnos. Ojalá que no se llegue a cumplir este vaticinio. En caso de que llegara a ocurrir, confío en que los enfermeros del mañana serán personas sensibles, capaces de prestar plena atención a los pacientes.
Las enfermeras y los enfermeros son la fuerza laboral más grande de cualquier sistema salud en el mundo. De acuerdo con cifras de la Secretaría de Salud, correspondientes al mes de mayo del 2023, en el país laboran más de 338 mil profesionales de esta área de la salud. En el IMSS actualmente trabajan más de 122 mil enfermeras y enfermeros. De cara al futuro, su labor será fundamental y se necesitará un mayor número de enfermeros en el mundo, dado que la población mundial está envejeciendo, en la mayoría de los países se han incrementado las personas que tienen acceso a la atención médica y también son más las personas que padecen enfermedades crónicas y problemas de salud mental. En lugar de traer consigo oro, incienso y mirra, los enfermeros del mañana darán a los pacientes: esperanza, templanza y caridad.
Aprovecho este espacio para animar a que haya cada vez más enfermeras que se animen a escribir sus vivencias, así como Antón Chéjov y William Carlos Williams, por mencionar dos ejemplos, supieron alternar su labor como médicos y escritores, llegando a escribir grandes relatos a partir de sus vivencias en los hospitales donde trabajaron. También es necesario que tengamos más obras escritas por enfermeras, un ejemplo reciente es el libro Historia de una enfermera de Lola Montalvo, que cuenta la historia de dos mujeres que vivieron en distintos períodos históricos, pero que, unidas por la vocación de ser enfermeras, terminan uniendo sus vidas; a final de cuentas, el mundo se entiende más gracias a la labor que practican las enfermeras y los enfermeros.
El día de ayer, durante el evento que se realizó para conmemorar este día, en el Centro Médico Siglo XXI, el director general del IMSS, el maestro Zoé Robledo al finalizar su discurso pidió que se apagaran las luces del auditorio y que las más de mil enfermeras y los enfermeros presentes encendieran la lámpara de su celular. Aquello se veía impresionante porque había luz en la oscuridad, y eso es lo que hacen estos profesionistas. Por eso es propicio desearles a todas ellas y a todos ellos, luz en su camino.