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Una vez que se partió la Rosca de Reyes y quedaron designados los que invitarán los tamales el 2 de febrero, nos topamos de frente con la cruda realidad. Fue un choque. Es sintomático que la primera acción conjunta del gobierno del Segundo Piso en el 2025 sea el lanzamiento de una campaña contra el consumo de drogas, en particular el fentanilo de todos tan temido.
La campaña no se anda por las ramas. Dice, para no dejar espacio para la duda, que el fentanilo te mata. La campaña se lanzará en aulas de todo el país a partir del día 13 de enero, una semana antes del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Mientras en la mañanera de Palacio Nacional, en el centro de la CDMX, se lanzaba la campaña antidrogas, en Florida Trump decía que los carteles de la droga controlan México. Es un insulto que no se debe dejar pasar y un paso adelante en su narrativa para justificar las acciones injerencistas que pondrá en marcha a partir del 20 de enero. Trump no engaña a nadie. Ha sido especialmente consistente en que su gobierno será una pesadilla para sus vecinos y socios comerciales. La campaña aquí y la toma de posesión allá no pueden desligarse. Están conectados. Forman parte de un solo tema de fondo que es la defensa de la soberanía nacional ante los amagos de Trump de hacerla añicos. Hay que tomar las amenazas muy en serio.
La campaña antidrogas tiene por supuesto valor por sí misma. Hubo un tiempo en que México era un lugar de paso de los estupefacientes, pero las bandas criminales ya crearon dentro del país un mercado de consumidores que va al alza. El fentanilo todavía se consume a pequeña escala, pero los carteles se están esmerando por construir, también aquí, un mercado para su veneno. Antes solía decirse que México era el trampolín de las drogas y Estados Unidos era la alberca, eso cambió. Aquí también hay consumo y Estados Unidos ya no es una alberca, es una profunda fosa en la que se pierden muchas vidas. El consumo de fentanilo provoca allá cien mil muertos al año, una verdadera catástrofe.
La letalidad del fentanilo es el origen de la severa crisis política de nuestros días. La opinión pública estadounidense, aterrada, exige acciones inmediatas y contundentes a sus gobernantes. Trump se agarró de esa demanda para crear el discurso de su campaña presidencial. Lo hizo de una forma simplona y maniquea, pero efectiva. Tal parece que ya se olvidó que la industria farmacéutica de Estados Unidos, la legalmente establecida, comenzó la epidemia, eso está documentado. Ahora los villanos son los precursores químicos chinos y de la India y los narcos mexicanos. Esa versión cayó en terreno fértil y Trump está listo para ganar aceptación política ensañándose con México, incluso con acciones militares en territorio mexicano.
Glifos
Mario Delgado, secretario de Educación Pública, tiene un papel central en la campaña antidrogas que presentó ayer el gobierno de la República. La campaña se desplegará en las escuelas del país que serán un espacio para la promoción de la salud. Hay la intención de que las escuelas sean epicentro de una vida saludable, que oriente a los estudiantes a tener una alimentación libre de chatarra, con actividad física y, claro, prevenir las adicciones. Docentes y padres de familia serán corresponsables. Los alumnos de secundaria y preparatoria constituyen el público objetivo. Se preparó material didáctico para que los maestros hablen ante sus alumnos con conocimiento de causa. Se pretende que el mensaje de que el fentanilo mata se establezca a nivel nacional.
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