Opinión

Con Trump la verdad es irrelevante

Donald Trump El presidente electo dijo este martes que quiere cambiar el nombre del golfo de México a “golfo de Estados Unidos”.

Donald Trump no dijo lo que dijo sobre México, que está controlado por los carteles de la droga, por estar mal informado. De hecho, la información, e incluso la verdad, no son los ingredientes principales de su discurso. Lo que busca Trump es pavimentar, con su narrativa, el camino para decisiones que comenzará a tomar con respecto a México a partir del próximo 20 enero cuando se siente en el despacho oval a firmar órdenes ejecutivas. Si alguna de esas órdenes tiene alguna porción de verdad será una mera casualidad.

Una de las órdenes puede ser, como ya adelantó el propio Donald, designar a los carteles mexicanos grupos terroristas, lo que dará cobertura legal a las acciones de injerencia, incluso militar, en nuestro país. Está en marcha dentro de Estados Unidos y a nivel global un reacomodo de poder que tiene como protagonistas a Trump, Putin y el líder chino XI Jinping. Trump y Putin se entienden desde hace años. El cabo suelto en la ecuación es China, potencia comercial y militar en ascenso. Los amagos de Trump de quedarse con Groenlandia, el canal de Panamá, anexar Canadá y someter a México están en esta lógica. Dicen los que saben que Groenlandia es muy rico en cobre litio, níquel y cobalto, lo que ya abrió el apetito de Trump y Musk.

Que nadie se sorprenda que la guerra de Ucrania termine antes de la primavera, con Rusia anexándose territorios de Ucrania a cambio de permitir que Trump haga y deshaga en América. No es casual que muchos gobiernos del continente ya no cuenten con el respaldo ruso, sino con el chino, porque la guerra fría del Siglo XXI es con China no con Rusia, antigua Unión Soviética. Los precursores chinos del fentanilo que llegan a costas mexicanas, o incluso a California u Oregon, son parte de esta Guerra Fría que los chinos, por cierto, van ganando por paliza. De modo que no es que Trump esté mal informado, es que toma decisiones basado en cálculos políticos de corto y mediano plazo.

La respuesta del gobierno mexicano no tuvo como destinatario el gobierno de EU ni la opinión pública norteamericana, sino que siguió la lógica de lucha política interna al darle un par de patadas a la oposición que tiene rato noqueada. En tiempos de Calderón y García Luna México sí estaba controlado por los carteles fue la respuesta. Nadie en Estados Unidos acusó recibo. De hecho, mencionar a García Luna cuando el Mayo Zambada y los Chapitos están juzgados norteamericanos a punto de soltar la sopa parece francamente arriesgado.

La derecha empresarial estadounidense, dueña de los medios de comunicación más importantes del vecino país, me refiero a personajes como Jeff Bezos, Murdoch, Elon Musk, Zuckerberg, ya se montaron al tren del poder en ascenso y reconocieron que los periódicos tradicionales, que basaban su trabajo profesional en la información y la verdad, perdieron influencia. La población mayoritaria toma decisiones políticas, como votar por Trump, basada en otros medios como los digitales a los que tampoco el asunto de la verdad les quita el sueño. Todos, empresarios de medios, políticos y mandos de las fuerzas armadas, están concentrados en la explotación de la Inteligencia Artificial que será la arena política del futuro próximo. Parafraseando al clásico: ¿México entiende lo que está pasando, o ya pasó lo que estaba entendiendo?

Trump admira a Putin por la decisión que tomó sobre Ucrania. Eso es algo que no podemos perder de vista para preparar la defensa de la soberanía nacional a partir del 20 de enero. Está muy bien contar con abogados de migración, estaría mejor que uno de los más altos mandos del Segundo Piso de la 4T, la presidenta o el canciller, gestionara una entrevista de fondo en Univisión, para difundir allá, en Estados Unidos, la versión mexicana de los hechos.

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