Todas las vialidades que me hacen llegar a mi casa, ya sea Avenida Revolución, la lateral del periférico, Río Magdalena , que se convierte en San Jerónimo, San Bernabé y calles aledañas se encuentran preñadas de baches. Me los conozco casi todos. En Revolución me llego a topar con algunos inexplorados. El puente que sube, ya sea de la lateral o del periférico, rumbo a San Jerónimo, es un pequeño trayecto minado desde hace tiempo. Río Magdalena tiene menos hoyos , pero sí fugas de agua que ocurren siempre en el mismo lugar. San Bernabé, que es una calle aunque se llame avenida, mantiene horadaciones, aquí y allá, desde hace meses. Luego están los topes todos despintados. Si es de noche y se transita por una parte no muy iluminada, no se ven, porque han perdido la pintura amarilla que los distinguía.
Mi coche es una Mazda pequeño, que este 2025 cumplirá diez años de uso. Lo quiero mucho y apenas tiene 40 mil kilómetros caminados ¿Porque escribo de mi auto, de los baches y de los topes desteñidos? Por el anuncio que ha hecho la presidente de México de los pequeños automóviles Olinia, que el segundo piso de la cuatroté piensa lanzar al mercado en el 2030 para movilidad en zonas urbanas. Serán autos eléctricos y los fabricará la empresa Zacua, que produce vehículos ensamblados a mano por mujeres. La armadora se sitúa en la ciudad de Puebla y supongo que la ha comprado ya el gobierno. Se trata de producir coches compactos y de bajo precio y eléctricos, parecidos a los que hay en China y en la India. He recorrido China, pero no la India, donde supongo que habrá también los pequeños hoyos y, a veces, socavones que se abren en la ciudad de México y en otras ciudades más de la vasta esta república. Me imagino que los Olinia, que en Nahuatl significa “moverse”, tendrán un muelleo adecuado para pasar por los agujeros. OJO, porque esto será indispensable, y para ello precisarán de llantas poderosas como de todo terreno en pequeño.
En su momento, en Alemania, en mayo de 1937, se comenzó a fabricar el Volkswagen, hoy marca de uno de los principales fabricantes mundiales de automóviles y vehículos comerciales. En 1937, en pleno Nacional Socialismo, la concepción de este auto era la de un coche para el pueblo alemán. Volk, quiere decir pueblo y Wagen, coche. Adolf Hitler fomentó la industria automotriz para hacerla competitiva frente a los coches ingleses y franceses. El Führer dispuso que la fábrica de autos para el pueblo se instalara en una ciudad que pudiera albergar a los trabajadores y a sus familias. Ferdinand Porsche, ingeniero automovilístico, austro-bohemio, checoslovaco y alemán, diseñó el VW y Hitler le agregó faros delanteros y traseros modernizados y una varilla lateral para que se viera más deportivo. Hubo una gran ceremonia para presentar al VW en la ciudad fundada para armar el coche del pueblo. Con la irrupción de la Segunda Guerra, a partir de la invasión de Alemania en Polonia, la fábrica de Fallersleben, cuna del auto , desvió su propósito para dedicarse a la producción militar. En fin, es toda una historia, en la que, al mero principio, antes de la Guerra, con cinco marcos ahorrados semanalmente los alemanes podrían hacerse del coche, que Hitler había llamado en un principio Kdf-Wagen. Ese dinero fue confiscado tiempo después por los soviéticos “debido a reparaciones de guerra.” A Ferdinand Porsche lo encarcelaron por haber trabajado con los nazis y los ingleses ocuparon la fábrica de Fallersleben. No sería hasta 1945 que surgiera la producción en serie del escarabajo o del vocho, como lo conocemos en México. Yo tuve dos, se entiende que no al mismo tiempo, durante mi primerísima juventud.
El futuro coche Olinia, aseguró Roberto Capuano, coordinador del proyecto, se tendrá listo antes de que termine el sexenio del Segundo Piso de la Cuatroté. El proyecto se abastecerá con financiamiento privado en una inversión inicial de 25 millones de pesos y se diseñarán tres modelos, “uno de movilidad personal”, “uno de movilidad de barrio” (supongo que algo más grande) y otro para llevar mercancia. La idea es que este auto ayudará “a la transición energética del medio ambiente al a reducir las emisiones de combustibles fósiles, explicó la Secretaria de Ciencia, Rosaura Ruiz. Este tipo de vehículos, dijeron, se puede conectar a cualquier enchufe. Los precios de estos coches oscilarán entre los 90 mil y 150 mil pesos y se ofrecerán con un “financiamiento justo”.
Este proyecto me parece muy bien,sobre todo porque el transporte público en México es un desastre. El metro se encharca, los vagones tardan en llegar, la gente se agolpa durante largos minutos, las escaleras eléctricas generalmente no sirven, en fin. Los autobuses van atestados de pasajeros, hay quien se mal acomoda en los escalones para subir al vehículo y allí se queda porque el bus va lleno. Pescar un taxi en la calle es peligroso, pedir un Didi o un Uber tiene sus bemoles, porque a veces se tardan o cancelan luego de varios minutos deespera. En las combis o peseras asaltan a mano armada y las ciudades no pueden llenarse de metrobuses, los cuales parecen mejor alternativa que los otros transportes.
Espero, pues, que antes de 2030, las autoridades que se encargan de alcaldías en la Ciudad de México y en otras ciudades del país, hagan todo lo posible por tapar los baches bien, como se debe, y no con una manita de gato que con las primeras lluvias se abran. Hago votos por que se encarguen de los socavones que de repente se forman como en película de calamidades y hecatombes.
Mientras tanto, llegará Donald Trump como un tsunami y el avance autoritario del segundo piso de la cuatroté continuará quebrantando la nada que nos queda de democracia.