Opinión

100 días, lo difícil está por llegar

La presidenta Claudia Sheinbaum durante su evento de 100 días de gobierno

Era importante la reseña de lo ocurrido en los primeros 100 días del gobierno del Segundo Piso de la 4T, pero el hecho de que falte solo una semana para el regreso de Donald Trump y su parvada de halcones al despacho oval de la Casa Blanca obligaba una definición, que por fortuna se dio: “No habrá subordinación” dijo la presidenta Claudia Sheinbaum ante un zócalo pletórico de sus seguidores.

Y es que más allá de los planes previos, más allá de la instrumentación del controvertido Plan C, lo que definirá por lo menos la primera etapa del sexenio de Sheinbaum será cómo trate la embestida de Trump; que puede ir, tome nota, desde discursos ofensivos hasta una incursión militar. Me hago cargo de que suena estrambótico, lo es, pero puede ocurrir. Igual y los ciudadanos ucranianos pensaban que nunca se daría una incursión del Ejército Rojo y los solados de Putin, con mercenarios de Corea del Norte, pero ahí están en terreno de Ucrania.

La presidenta llegó a los primeros 100 días de su gobierno con niveles de aceptación colosales, superiores incluso a los que tuvo en su momento López Obrador, que es mucho decir. Como su estilo personal de gobernar no privilegia la confrontación, la división, la crispación, como sí pasaba con el tabasqueño, no sería raro que esos niveles de aprobación se mantuvieran por años.

Además, hay que decir que AMLO enfrentó una oposición fuerte, que ganó, aunque ahora se olvide, la elección de la CDMX en el 2021. Y la verdad es que Claudia gobierna sin oposición a la vista. Por ahí andan, pero nadie repara en ellos. De hecho, los problemas centrales de estos primeros 100 días no los generó ni la oposición, ni Claudia, los heredó. Comenzando por esa cosa con plumas, casi imposible de definir, que es la Reforma Judicial que vaya usted a saber en qué termine. La elección de junio se perfila para ser un berenjenal y nada garantiza que el país tenga un mejor Poder Judicial después de la elección.

El otro problema heredado es el de la seguridad, que en francamente atroz. Seis años de la estrategia “Abrazos, no balazos” dieron como resultado bandas criminales empoderadas y cínicas que son muy difíciles de derrotar. El poder de esas bandas, su facilidad para traficar fentanilo a la frontera norte con ganancias descomunales, es el pretexto perfecto para Trump y sus halcones para desembarcar en México. La política fallida de AMLO en materia de seguridad lastima la soberanía nacional, pero si algún analista o algún grupo lo criticaba, la jauría electrónica de Morena no destazaba.

El resultado es que un ex Boina Verde con décadas de experiencia en la CIA será el nuevo embajador de EU. Viene a preparar los golpes. Claudia ha mostrado ser una política profesional, disciplinada, seria y me gusta escribir que los mexicanos han tomado bien ser gobernados por una mujer, lo que constituye por sí mismo un cambio que acepta la etiqueta de histórico. Claudia tiene planes ambiciosos en áreas sensibles como los derechos plenos para la mujer, avances en ciencia y tecnología, en energías amigables con el ambiente, en promoción de la cultura, todo lo que cabe esperar de un gobierno progresista, pero lo más complicado está por venir. Es un alivio que la confrontación con Trump se registre cuando la presidenta tiene muy amplio respaldo popular, porque lo va a necesitar. Hay gente, aunque usted no lo crea, que espera que la presidenta descarrile. No me refiero a personeros de la oposición que para eso están, sino gente nostálgica de su propio movimiento, que quiere ponerle un tapete rojo a los emisarios del pasado.

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