Opinión

El precio de la negligencia

Como ciudadano, es fundamental ser consciente de que nuestros impuestos son la base del funcionamiento de los servicios públicos. Estos recursos se destinan a aspectos vitales de nuestra vida diaria, tales como la seguridad, el mantenimiento de calles limpias, la iluminación y un transporte público eficiente y accesible. Sin embargo, lo que más detestamos los ciudadanos es observar cómo nuestros gobernantes incurren en gastos irracionales, priorizando su beneficio personal en lugar de atender las necesidades de la comunidad.

Recientemente, tuve acceso a documentos relacionados con los contratos del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, bajo la gestión de Guillermo Calderón. Al revisar estos contratos, me sorprendió encontrar un número alarmante de adjudicaciones directas que carecen de justificación en el contexto del transporte público.

Un contrato que, indiscutiblemente, es esencial para el buen funcionamiento del metro es aquel destinado a la mejora de vías. Por lo tanto, no resulta sorprendente una adjudicación directa al Servicio de Mantenimiento a Vías de la Línea “A”, con un monto que asciende a 27 millones 500 mil pesos, IVA incluido. Esta inversión parece lógica y necesaria; sin embargo, la situación plantea inquietudes sobre la efectividad de la ejecución del contrato y si realmente se ha traducido en un mantenimiento de calidad. Pero esa es otra historia.

Línea A del Metro (Galo Cañas Rodríguez)

Por otro lado, resulta desconcertante la adjudicación directa de un contrato que asigna recursos a una empresa sin concurso previo para suministrar productos dermatológicos al personal del metro. Este contrato, que implicó un gasto de 343 millones 600 mil pesos, también IVA incluido, para el Servicio Integral de Suministro de Medicamentos, Complementos Alimenticios y Productos Dermatológicos para los Trabajadores y Derechohabientes del STC, parece desproporcionado, sobre todo cuando hay tantas deficiencias en el servicio: elevadores fuera de servicio, trenes inoperantes y goteras que son parte del paisaje diario de los usuarios.

Y ojo, que los empleados trabajen en un lugar digno y tengan prestaciones es indiscutible. Pero que el metro haya gastado esa cantidad millonaria en productos dermatológicos es irracional. Esperemos los empleados sepan de este beneficio. Gastar más en medicamentos dermatológicos que en el mantenimiento de la infraestructura del metro es un insulto a la lógica y a las necesidades más apremiantes de los ciudadanos. Mientras tanto, parece que el Director actual está aprovechando al máximo su tiempo en el cargo, como si quisiera agotar el presupuesto antes de la llegada del nuevo director, que me dicen, asumirá el cargo el primero de marzo.

Es momento de que los ciudadanos exigamos una gestión responsable y transparente de nuestros recursos. No podemos permitir que decisiones arbitrarias beneficien a unos pocos a expensas del bienestar colectivo. Necesitamos un transporte público que funcione adecuadamente, porque cada peso que se malgasta en contratos injustificables es un peso que no se invierte en mejorar nuestra calidad de vida.

Al tiempo, Ingeniero Calderón. Al tiempo.

Por cierto:

1. EJEMPLO. Hace unos meses, Adalberto Ortiz asumió la presidencia de Coparmex CDMX, donde liderará la confederación patronal capitalina hasta 2026. Adal, el presidente más joven en la historia de este organismo empresarial, es cofundador de Peibo Fintech y escritor con varios libros que incluyen novela, ensayo y cuentos infantiles. Desde que tomó el cargo ha establecido una conversación muy productiva con el Gobierno de la Ciudad, así como con alcaldes y alcaldesas de todas las corrientes políticas, buscando velar por los intereses tanto de empresarios como de trabajadores, actuando como un agente neutral que busca el bienestar de las y los capitalinos. Aunque esto podría parecer una obviedad, en los últimos años hemos observado que algunos líderes de grupos empresariales actúan como voceros de ciertos partidos políticos en lugar de apoyar a su base. En poco tiempo, Adal ha logrado consolidarse como una figura clave en la vida pública de nuestra Capital y del país, lo que hace aún más interesante seguirlo de cerca para saber hasta dónde llegará.

Vivo la noticia, para contarle la historia

@juanmapregunta

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