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La alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega, recibió amenazas de muerte. Puede tratarse de una broma macabra o de un aviso, de cualquier forma, hay que tomarlo en serio y brindarle a la alcaldesa toda la protección que sea necesaria para que nadie tenga oportunidad de hacerle daño.
En esa alcaldía operan peligrosos generadores de violencia que se cubren bajo el paraguas de Unión Tepito, aunque en realidad no es un grupo homogéneo, sino una suerte de colectivo criminal que suele defender a tiros sus intereses.
Tanto la fiscalía capitalina como la Secretaría de Seguridad de la ciudad tienen la encomienda de dilucidar el origen de las amenazas y también de blindar a la funcionaria. La ciudad no puede darse el lujo de que los violentos impongan condiciones.
Vida tómbola
La Reforma Judicial avanza por caminos inescrutables, como el azar.
Un puñado de los nuevos juzgadores, los que emanen de la elección del primer domingo de junio, deberán sus cargos a un albur judicial, a su buena ventura.
A estas alturas está fuera de discusión que el Poder Judicial requiere una sacudida mayor, desde luego que la necesita, pero montar una tómbola en el salón de sesiones del Senado es tentar demasiado a la suerte.
La elección va porque va, esa es la primera directriz, y para que pueda llevarse a cabo hay que tener los nombres de aspirantes para llenar las boletas, y si alguien pone obstáculos, hay que brincarlos o darles la vuelta. Una de esas vueltas conduce a la tómbola, donde abundan los cabos sueltos. El tiempo ya es factor y apremia.
Afinando agendas
A final de esta semana arranca el periodo ordinario de sesiones del Congreso. No es una información rutinaria ni mucho menos. El pasado periodo de sesiones fue un torbellino que dejó una Constitución irreconocible, ya el tiempo dirá si mejor o no.
De modo que conocer la agenda de la coalición gobernante es de primera importancia. ¿Qué hará con su aplanadora? Aunque parezca que ha pasado poco tiempo la verdad es que las condiciones con respecto al periodo anterior han cambiado.
Ahora ya está de regreso Donald Trump en el Despacho Oval y desde ahí ordenó un primer despliegue de solados, con todo y helicópteros, en la frontera con México. El nuevo jefe del Pentágono ya dijo que su prioridad es su frontera sur. Este nuevo jugador, Trump, exige una actitud diferente de la fracción mayoritaria en ambas cámaras que, por cierto, salvo una que otra excepción, se han mostrado particularmente timoratas con Donald.
¿Un frente latinoamericano?
Aunque en el centro de la mira está México, la verdad es que la administración Trump tiene una escopeta cuyos perdigones salen disparados por toda América Latina: Colombia, Panamá, Cuba ya están en la órbita de las órdenes ejecutivas.
Por eso crece la demanda de organizar una reunión cumbre que congregue a todos los líderes del área con el tema de la migración y la pregunta subyacente: ¿cómo sobreviviremos a Trump? Ya varios han mostrado su interés, pero todavía nadie convoca.
Claro que hay algunos mandatarios, como los de Argentina y El Salvador, que están formados en la ventanilla trumpista desde hace rato, pero en el resto lo que impera es el desconcierto y el temor.
Desde luego, Trump, que sueña ser dictador, aunque sea un día, puede considerar la reunión como un gesto hostil y ponerle un arancel de 25 por ciento a los encuentros de mandatarios que no sean para rendirle pleitesía. ¿Quién se animará a convocarla?