Opinión

La Era Trump: Causas y efectos (II)

Donald Trump
Donald Trump Presidente de Estados Unidos

La llegada de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos no es algo que deba tomarse a la ligera o incluso como una situación que terminará con la conclusión de su mandato. El triunfo de este personaje representa, con enorme posibilidad, el inicio de una era distinta a lo que habíamos conocido y que ya anunciaban algunos otros hechos políticos alrededor del mundo sucedidos a lo largo de los últimos años. En ese sentido, y como señalamos en la anterior entrega, es necesario asumir que Trump es causa de algo mucho más grande, como más grande que su sola administración, serán los efectos que una nueva ola social, económica, política y, especialmente, cultural, traerá a buena parte del planeta.

Antes de abordar las causas que llevaron a Trump al poder – junto con diversos personajes en otras latitudes cuyo encumbramiento político tiene el mismo significado, si bien su ideología puede ser tan distinta y distante como el blanco y el negro o el agua y el aceite – o los efectos que esto traerá cuando menos a occidente – a la par de otros hechos y fenómenos de eso en lo que desde hace años estamos montados y llamamos “progreso”, “desarrollo” o “modernidad” –, es necesario explicar lo que me lleva a afirmar que lo que estamos viviendo no es un momento dentro de una época, sino una transición en medio de dos tiempos. Parafraseando a Antonio Gramsci, estamos conociendo aquel monstruo aberrante producto de la vieja época que hace algunos años empezó a morir y la época nueva que no termina de nacer.

En los tiempos recientes, Trump no es, ni por mucho, el primer político de rasgos y con propuestas tan contrarias a lo que hasta ahora entendíamos como “democracia” que alcanza el poder. Con modelos y rasgos similares encontramos a personajes como Nicolás Maduro, Viktor Orbán, Recep Tayyip Erdoğan, Nayib Bukele, Andrés Manuel López Obrador, Giorgia Meloni o Javier Milei. Como vemos, no es cuestión de ideología o de programa de gobierno; las similitudes están, más bien, en el estilo de asumir su liderazgo y en la forma de ejercer el poder.

En el caso de Trump, hablamos del caso más dramático por la influencia que tiene el país que dirige. Nadie puede pensar que Venezuela, Hungría, Turquía, El Salvador, México, Italia o Argentina, tengan la misma influencia en la formación social, económica, política y cultura, de entender el ejercicio del poder y la conformación de ciudadanía, que Estados Unidos. Si los síntomas en otros países ya alertaban algo, lo sucedido en Norteamérica garantizan que algo grande sucedió y habrá de tener repercusiones que trascienden al personaje.

Antes de Trump, con Trump y después de Trump, vienen muchos de a pie. Millones en Estados Unidos, millones en otros países, piensan como Trump o como cualquier otro de los personajes mencionados. Insisto, no me refiero a la ideología, que puede ser compartida por unos u otros, sino en la aprobación, a la manera en la que asumen y ejercen su papel como líderes y como gobernantes todopoderosos. Millones están de acuerdo con los mesianismos políticos de poder ilimitado.

Enfrente de estos nuevos liderazgos, no parecen existir muchas alternativas que contrasten y se opongan a ellos. Incluso, en aquellos casos en los que están presentes, no parecen tener una verdadera oportunidad de plantear algo diferente que les permita triunfar. En el mejor de los casos, el planteamiento es regresar a lo que ya está muriendo; en el peor, la propuesta es una variante ideológica, pero repitiendo el mismo patrón político de fondo.

Así, la pregunta es si estamos en el crepúsculo antes de un nuevo amanecer o en el ocaso de la tarde, justo antes de que la noche se viene encima e impregna los ojos de ceguera. Solo el tiempo dirá si lo que esta transición nos depara es un nuevo comienzo con esperanza de algo mejor, o si lo más oscuro está por comenzar y pasará mucho tiempo, acaso demasiado, antes de volver a ver la luz. En nuestra próxima entrega abordaremos las causas de la llegada al poder de Donald Trump y otros personajes similares a través de formas democráticas, cuando menos en el origen.

Profesor y titular de la DGACO, UNAM

Twitter: @JoaquinNarro

Correo electrónico: joaquin.narro@gmail.com

Lo más relevante en México