Opinión

Pausa con sabor a triunfo

La Presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que asistirá a la reunión urgente de la Celac convocada para este jueves
Presidenta de Mexico La Presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que asistirá a la reunión urgente de la Celac convocada para este jueves

La crisis de los aranceles puso al descubierto la imbricación de las economías de México y Estados Unidos. Son complementarias. Se reparten beneficios, pero también daños. Por eso el amago de imposición de aranceles fue considerado por la prensa norteamericana como “la guerra comercial más tonta de la historia”. Una guerra que no resolverá el tema del fentanilo, que se mueve en otro carril, y que al final del día beneficiará a China, que es la bestia negra de Estados Unidos.

Esta imbricación hace posible que Norteamérica, en el marco del T-MEC, sea, si se mantiene unida, una zona competitiva que genera productos de calidad a precios atractivos, con capacidad de enfrentar el desafío oriental, comenzando por China, pero no solo de ese país. Pero si el T-MEC implosiona la región es vulnerable.

Trump, acorralado por la realidad, resolvió dar un paso atrás y decir que los aranceles entran en pausa de un mes. Una pausa con sabor a triunfo para el gobierno del Segundo Piso de la 4T. Sheinbaum, De la Fuente y Ebrard hicieron el trabajo. No se les regatea reconocimiento. Claro que los problemas de fondo no se resuelven. Las drogas, la migración, las deportaciones y la visión del grupo de poder de que el gobierno mexicano es socio de los carteles siguen y se agudizará.

Por lo menos ya quedó claro, sobre todo para la comunidad empresarial de Estados Unidos, que eso de los aranceles es una mala idea. No resuelve problemas viejos, pero sí genera problemas nuevos. ¿Qué hacemos durante la pausa? Hay un forcejeo de narrativas, México no tiene por qué ser la piñata. El país tiene argumentos de peso, lo que sigue es que se hagan del conocimiento de la opinión pública norteamericana. Hay que plantar allá nuestra visión.

Trump sabe que perdió el asalto de los aranceles y buscará tomar revancha en otros ámbitos. Nadie debe perder de vista que busca mostrarse ante sus electores como el macho alfa del continente, alardear que solo sus chicharrones truenan. Ya comenzó a presumir que logró la movilización de 10 mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera, le costará trabajo aceptar que perdió. Buscará desquitarse con el otro punto relevante de su orden ejecutiva, y es la acusación de la complicidad del gobierno mexicano con los carteles, insistirá en eso.

Durante este mes de pausa es prioritario que el Gabinete de Seguridad, Harfuch, Trevilla y Morales, siga dando resultados y de ser posible que concrete golpes mediáticos que serán de ayuda para la narrativa mexicana. No hay que soslayar, hablando de golpes mediáticos, que el Mayo Zambada y un par de los Chapitos están en cárceles del Tío Sam listos para cantar todo su repertorio. Como una acción de legítima defensa, México debe difundir allá que Estados Unidos tiene que hacer su parte en el tema de las drogas achicando el mercado, desmantelando la red de distribución que es inmensa. Sería de gran ayuda parar el tráfico de armas y el lavado de dinero. Eso puede reducir la llegada de fentanilo, poner aranceles, por el contrario, puede disparar la llegada de drogas.

El apartado de la deportación sigue y de seguro se agudizará porque Trump quiere deportaciones masivas, las que hasta el momento no se han registrado. Hay una pausa de 30 días plagados de sobresaltos. Donald relamiéndose la herida, sabe que el equipo mexicano comandado por una mujer, Claudia Sheinbaum, le ganó el asalto y de hecho lo dejó mal parado ante el empresariado gringo y parte de su electorado. Donald va por un golpe de efecto para empatar el marcador. Cuidado.

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