Opinión

Chantajes para llegar al T-MEC

Empresarios de México EL CCE destaca la importancia de la relación trilateral en el marco del Tratado entre México, EU y Canadá (T-MEC). (EFE)

Las economías de Estados Unidos y México están vinculadas estrechamente. EU es el mayor socio comercial de México, y nos volvimos el segundo socio comercial más grande de Estados Unidos. Una gran parte del comercio bilateral consiste en los insumos de producción, refacciones y materiales que transitan por la frontera de ambos países.

Una gran cantidad de empleos de Estados Unidos dependen del comercio con México, al igual que una cantidad igualmente extensa de empleos en México depende del comercio con Estados Unidos. Por ello, la estrategia de la Presidenta Claudia Sheinbaum, de mantener la “cabeza fría” para la conciliación y negociación ante el presidente de Estados Unidos, ha sido un pilar en el camino hacia el éxito.

Aunque algunos detractores consideran estos progresos como momentáneos o insignificantes, se ha alcanzado un récord de inversión extranjera en entidades como Veracruz, Nuevo León, Durango y Coahuila, fortaleciendo así la integración comercial con el mismo Estados Unidos.

Un ejemplo de esta confianza en el país, es el anuncio de Netflix de invertir mil millones de dólares en la producción de series y películas en México durante el periodo del 2025 al 2028, o Home Depot con una inversión de mil trecientos MDD.

Esto no solo nos fortalece en el mercado internacional, sino que también impulsa el mercado interno y la producción en México, fortaleciendo industrias importantes como la textil, agropecuaria, mueblera y farmacéutica. Además, se busca desarrollar sectores como el de semiconductores y otros incluidos en el Plan México, con el fin de generar empleos bien pagados.

Las acciones que emprenderá la comisión negociadora que se encuentran en Washington, encabezada por el secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, tendrán la oportunidad de exponer el riesgo que implica para ambas economías la aplicación de aranceles.

También tocó los integrantes del Gabinete de Seguridad reunirse con el Secretario de Estado del vecino país, Marco Rubio, con la misión de comunicar los logros de la estrategia de para combatir al crimen organizado y frenar la migración irregular; dos de los principales reclamos del Presidente Trump ante la amenaza arancelaria.

Otro de los encuentros oficiales, es entre el Secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, y el Secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent; lo ideal sería llegar con un acuerdo antes del 4 de marzo para el tema de los aranceles y por supuesto el tema del acero y el aluminio para el 12 de ese mismo mes.

Con estas reuniones prácticamente se adelantan los tiempos para la revisión del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), actualmente TMEC (Tratado México, Estados Unidos y Canadá), que cumple más de treinta años de operación; es lo que acordaron los poderes legislativos de ambas naciones para 2026.

La ratificación e implementación del T-MEC actualizó el sistema regional del comercio y producción, y restauró la credibilidad en el mismo, mientras que la conclusión del proceso de renegociación abrió un espacio para la elaboración de una nueva agenda bilateral (y trilateral, con la inclusión de Canadá), para la cooperación económica. El T-MEC se aprobó con el amplio apoyo de los representantes de todos los principales partidos políticos de Estados Unidos y México, asentando una base firme para futuras relaciones económicas bilaterales.

Todo parece indicar que el punto medular de este sexenio serán las relaciones económicas que se tengan con Estados Unidos. La experiencia que nos quedó con el periodo anterior de Donald Trump, es que dice más de lo que hace. El chantaje sobre los cárteles mexicanos, es justo eso, un chantaje para llegar fortalecido a la negociación de lo que realmente le interesa, el T-MEC. Y eso parece tenerlo muy claro la Presidenta, por ello no pierde los estribos y se mantiene serena ante los embates de un cuatrienio que apenas comienza. ¿Debemos perder la calma nosotros? Hasta el momento no tenemos motivos sólidos para hacerlo. Estemos confiados, tenemos mucha presidenta para rato.

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