
Es el viernes de una semana difícil, la semana que viene pinta peor. La política, lo dijo la presidenta, es a veces optar entre inconvenientes, elegir entre algo malo y algo pésimo. Hay que ir apagando un fuego aquí, otro allá, otro más allá, para evitar que la combustión se generalice.
El gobierno del segundo piso decidió poner la carne en el asador con tal de evitar que el próximo martes caiga la guillotina de los aranceles. Está en Washington medio gabinete y van para Estados Unidos, en calidad de extraditados fast track, cerca de 30 delincuentes de alto perfil, entre ellos Caro Quintero, a quien los americanos quieren ver morir en una de sus cárceles, pero también demonios del calibre de los Zetas, como los hermano Treviño Morales que se ensañaron por años con la gente de varios estados de la República comenzando por Tamaulipas y Veracruz, pero no solo esos estados.
Tal parece que la nave de la nación tira el fardo para sortear los acantilados. Pronto sabremos si la extradición colectiva se hizo siguiendo las pautas legales o se trató, como parece, de un ataque de pánico que les dará chamba a los bufetes. Mientras todo eso ocurre en frente externo, más caliente que nunca, en Morena varios se quieren pasar de vivos y montar una rebelión al interior de la coalición gobernante. Varios de sus integrantes, lo estamos viendo, tienen un insaciable apetito de poder y se creen con los tamaños para desafiar a la presidenta, vaya metida de pata.
Así como se deshizo de 30 malandros extraditables al mismo tiempo, la doctora podría deshacerse de un puñado de sus correligionarios que tienen, en sus desvaríos, espolones para desafiarla. No tiene lógica. Va un ejemplo. ¿Habrá olvidado el Toro sin Cerca que hay varios expedientes gordos que llevan su nombre desde los tiempos en que era alcalde de Acapulco y convivía en los antros del puerto con lugartenientes del Barbas? Lo pueden atorar en cualquier momento, está libre porque López Obrador lo blindó, vaya usted a saber por qué lo hizo. ¿De verdad se quiere poner al tú por tú? Es lo que sigue de temerario.
Tal vez, aunque no es seguro, con la suma de todos los factores, como visitas a Washington, llamadas telefónicas, docenas de extradiciones y otras acciones más, Trump resuelva en las próximas horas que siempre sí nos da un mes de plazo y pasa los dichosos aranceles para abril. ¿Qué vamos a dar en abril? No hay que perder de vista que entre los extraditados no solo hay cartuchos quemados, también está en el paquete Ángel Canobbio, El Güerito, del primer círculo de Iván Archivaldo Guzmán. Ese güero tiene información de primera mano sobre complicidades actuales, no del pasado, de servidores públicos con la fracción de Los Chapitos, lo que debe tener a más de un “honorable” servidor público con insomnio incurable.
La política es elegir entre inconvenientes y tener un extinguidor cargado todo el tiempo a la mano. Mientras más poder, más responsabilidad. Hoy es más apremiante que nunca eso de operar con “cabeza fría” y tratar de cometer el menor número de errores. Para nuestra fortuna esas son precisamente dos de las cualidades de la presidenta. Actúa con cabeza fría y casi nunca se equivoca, pero la presión es fuerte y continua. Los dos primeros meses del año se fueron como agua, aquí estamos dando la batalla, ya se verá cómo nos va en marzo.
Trump dice que no ve avances en la lucha contra los traficantes de fentanilo. No los ve porque está volteando para otro lado, quiere que le den el Nobel de la Paz por terminar con la guerra en Ucrania y sigue con sus planes delirantes de convertir en Gaza en un balneario de lujo, un coloso lunático que nos puede aplastar.