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Mientras todos los países que impulsan espacios de seguridad y defensa, como los de la Unión Europea, y, en América del Norte, Canadá, defienden la salida de Rusia de la invadida Ucrania, Estados Unidos se alía con Vladímir Putin. El mundo había conocido a un Donald Trump, durante su primera presidencia, impositivo, vehemente y, no pocas veces, desatinado, hoy lo vemos más intransigente, más narcisista y más desquiciado. Afirmó que Ucrania comenzó la guerra con Rusia en rueda de prensa con la presencia del presidente francés Emmanuel Macron, quien lo desmintió en público y dijo que el dinero que Europa ha dado a los ucranianos no lo deben pagar los ucranianos, sino el gobierno invasor en Rusia. Ese encuentro entre Macron y Trump fue fascinante gracias a Macron, que dejó sin habla a Trump cuando iba a insistir que el apoyo europeo económico a Ucrania era un préstamo y, por lo tanto, lo estaban recuperando los europeos. “No, especificó el francés, para ser francos, pagamos. Pagamos el 60% del esfuerzo total. Fue como en Estados Unidos: préstamos, garantías, subvenciones”. Donald Trump se encorvó y empequeñeció.
Sin embargo, sabemos que Estados Unidos se transforma a pasos agigantados en una dictadura de la Oligarquía formada por el presidente y su gabinete, que se ha dispuesto a golpear a los trabajadores estadounidenses, mientras se ofrece apoyo a los ricos. Donald Trump acaba de proponer una tarjeta dorada para cualquiera que aporte cinco millones de dólares y quiera vivir en los Estados Unidos. Elon Musk donó más de 260 millones de dólares a la campaña presidencial de Trump. Por eso Trump lo invitó a la primera reunión de gabinete, a pesar de las fricciones que ha creado Musk con algunos de sus miembros por los brutales recortes a DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental). Trump lo sentó junto a él. Téngase en cuenta que un tercio de los miembros de DOGE dimitió porque piensan que Musk pone al país en peligro. No obstante, el dueño de Tesla, el hombre más rico del mundo, cuenta con un grupo de empleados leales a él.
Por otro lado, en el Departamento de Justicia, los candidatos cercanos a Donald Trump, como Harmeet K. Dhilon y D. John Sauer, aseguran que algunas órdenes judiciales podrían ser ignoradas, con el objetivo de favorecer las decisiones del presidente. Los representantes del partido Demócrata en el Congreso temen que esto puede ser considerado. En este caso sonaría muy ad hoc el “no me vengan con que la ley es la ley” de López Obrador. Hay un tercer candidato, Aaron Reitz, que ha sido seleccionado para llevar la Oficina de Política Legal y a quien alguna vez se le cuestionó por un mensaje en los medios donde expuso que Donald Trump podría seguir el ejemplo del presidente Andrew Jackson, que ignoró una orden de la Suprema Corte en 1832.
Entretanto, mientras Trump se vale de la Inteligencia Artificial para recrear el paraíso en el que convertiría a Gaza, donde se le ve echado en un camastro bajo el sol junto a otro donde se encuentra Netanyahu, ambos vacacionando.
Entretanto, nuestra defensora incansable de la soberanía de la nación mexicana, Claudia Sheinbaum, presentó una iniciativa de reforma constitucional en la que se prohíbe el nepotismo electoral. Pero, en confabulación con el Partido Verde Ecologista, el Senado de la República, léase Morena, pasó la propuesta del año 2027 al 2030.
¿De dónde habrá venido la instrucción a aplazar la iniciativa de la presidente Sheinbaum? Según parece, el poder, legislativo, no la avalará en todo lo que proponga. ¡Qué canijo trastorno!
Pero no nos preocupemos por el nepotismo y los Monreal, o los Salgado Macedonio, o los Batres. De pronto algo importante y a todas luces inéditas será conmemorar los 500 años del asesinato en Tenochtitlan del tlatoani Cuauhtémoc.
El 28 de febrero de 1525 fue asesinado por la furia conquistadora, el último tlatoani de Tenochtitlan, cuyo nombre significaba el águila que desciende o el sol que desciende. Dirigió la defensa de Tenochtitlan en 1521 hasta que lo capturaron. Al ser llevado al cuartel de Cortés, le suplicó que lo asesinara con el puñal que llevaba al cinto. Antes morir que no defender a su gente. No lo quiso así Cortés. Se les cuestionó sobre el oro que les quitaron a los españoles durante la Noche Triste. Aquello era el tesoro de Moctezuma, pero Cuauhtemoc no reveló el secreto y lo torturaron quemándole los pies. Después vivió como prisionero, pero, según se dice, el tlatoani planeaba una rebelión y en ella deshacerse de los extranjeros. Cortés lo creyó porque Cuauhtemoc tenía autoridad entre los mexicas. Mientras se encontraba en una expedición en Honduras, ordenó que mataran al otrora emperador. Se le ahorcó en un árbol y su figura pasó a ser sinónimo de valentía y serenidad.
Así pues, ante los enormes problemas del país, los asesinatos, los desaparecidos, la violencia de los cárteles en pugna, de que las reformas constitucionales que se aprobaron el año pasado y le pegaron al poder judicial, contrapeso de los otros poderes, han debilitado el Estado de derecho y con ello existe una desaceleración económica desde el año pasado, que acortan un posible crecimiento, ante todo esto, la presidente recordará en el zócalo de la ciudad de México el asesinato de Cuauhtémoc, ocurrido hace 500 años.
En México no sucede nada. José Ramón López Beltrán posteó este miércoles en Twitter (X) que “Mientras en muchos países se aferran al odio, la exclusión y el entreguismo, en México, desde la cuarta transformación, avanzamos con soberanía, justicia e inclusión” y continúa, refiriéndose a la apuesta por la paz del Gobierno y otras lindezas.
No cabe duda que el mundo, en general, está como para que lo paren y nos salgamos todos. Claro, menos el MAGA de Donald Trump y la Cuarta Transformación y su segundo piso.