Opinión

Un primer intento por la independencia política

Senado (Mario Jasso)

Pocos reparan en ello, pero cuando en 2024 en Morena se definieron las candidaturas para las alcaldías, gubernaturas y curules y escaños en la Cámara de Diputados y el Senado de la República, la mayoría de estas no fueron acordadas con la entonces candidata presidencial. Si por la hoy presidenta hubiera sido, ni Ricardo Monreal ni Adán Augusto López hubieran sido candidatos para terminar convirtiéndose en líderes parlamentarios. Algo similar sucede en los municipios y en los gobiernos estatales. Ya cuando como presidenta electa se dio la sucesión en la dirigencia de Morena, algo similar sucedió con el arribo de Luisa María Alcalde Luján como presidenta y Andrés Manuel López Beltrán como secretario de Organización. Dicho de manera clara: Claudia Sheinbaum obtuvo la candidatura presidencial, pero no el control de las decisiones al interior de su partido. Incluso la designación del gabinete no fue la excepción, pues a este arribaron figuras más cercanas a Andrés Manuel López Obrador que a la propia Sheinbaum. La presidenta obtuvo el cargo, pero no el liderazgo real del movimiento político que la llevó a éste.

En este contexto, no es extraño que uno de los movimientos políticos más importantes de la presidenta Sheinbaum haya sido el de promover una reforma constitucional que termine con la reelección inmediata y limite la posibilidad de heredar el cargo. Con lo benéfico que puede ser el primer caso por lo que hace a la rendición de cuentas y la profesionalización legislativa, no imagino un solo argumento para defender el supuesto del nepotismo electoral. Sin embargo, la reforma constitucional que en su planteamiento original buscaba entrar en vigor a partir de las elecciones de 2027 pero que finalmente fue postergada hasta 20230, no puede inscribirse exclusivamente en un aspecto ideológico o de principios, sino que debe revisarse a la luz de una estrategia política que buscaba impedir que figuras ajenas a los intereses políticos de la presidenta ocuparan cargos de poder en la segunda mitad de su mandato. Más aún, en el caso del nepotismo electoral, la medida constituye un elemento central de discurso político frente a lo que muchos ya consideran como la inminente candidatura de Andrés Manuel López Beltrán a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, cuando menos, o inclusive a la Presidencia de la República.

La promoción de la reforma confirma la intención de la presidenta por tener personajes cercanos en las posiciones legislativas y locales de poder, como la postergación de su entrada en vigor hasta 2030 ratifica que al interior de Morena se libran batallas por el control político real. Como anticipando lo que terminaría por suceder, quien sabe si solo como vacuna o bien con la intención de hacerlo efectivo, el pasado miércoles la presidenta de Morena, Luisa María Alcalde, anticipó una modificación a los estatutos del partido para sepultar el nepotismo electoral a partir de 2027. En realidad, todo esto poco importa. En el pragmatismo de la política, espacios, huecos, recovecos y lagunas siempre podrán encontrarse o provocarse para evadir lo que la norma establece y nada garantiza que el nepotismo será cosa del pasado. Lo realmente relevante es lo que la sola promoción de una reforma con estos alcances reveló sobre las intenciones de Claudia Sheinbaum por hacerse del bastón de mando en Morena – el real, no solo el simbólico – y la resistencia de quien aún manda en el movimiento.

Junto con esta intentona doméstica de independencia política y control real del poder debe analizarse la facilidad con la que 29 personajes vinculados a la delincuencia organizada recluidos en distintos espacios fueron entregados a las autoridades norteamericanas. Si bien lo anterior debe analizarse en el contexto actual de las relaciones de México con el gobierno de Donald Trump y en las presiones a las que nuestro país está siendo sometido, no puede perderse de vista lo que ello puede significar para el ex presidente López Obrador y su gobierno en el que la estrategia de seguridad se puede resumir en la frase “abrazos, no balazos”. Ambos hechos, la entrega a Estados Unidos de personajes vinculados a la delincuencia organizada y el proyecto original de reforma electoral, deben ser vistos como un primer intento de Claudia Sheinbaum por mostrar su independencia política.

Profesor y titular de la DGACO, UNAM

Twitter: @JoaquinNarro

Correo electrónico: joaquin.narro@gmail.com

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