Opinión

Donald Trump, benefactor inesperado

Guerra comercial El mandatario republicano explicó que, aunque los aranceles estaban inicialmente previstos para el 1 de abril, decidió retrasarlos un día por ser el April Fools' Day en EU. (EFE)

La narrativa dominante era que en México no se producían drogas, que había por ahí uno que otro laboratorio clandestino ubicado en lugares recónditos; en la confusión de los manglares, por ejemplo, donde era casi imposible entrar sin un lazarillo dispuesto a jugarse la vida por mostrar la ruta. Después del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y de que arrancara el culebrón de los aranceles, se han encontrado, tome nota, 200 laboratorios. Algunos montados en zonas serranas, es cierto, pero otros que operaban en zonas urbanas a la vista de todos.

Un par de reporteras del New York Times dieron con un laboratorio y sacaron fotos de la cocina y del cocinero. Si las reporteras lo encontraron era un bochorno nacional que las fuerzas federales no pudieran, total todo era cosa de preguntar por ahí. Si Trump no hubiera dado el manotazo esos laboratorios seguirían produciendo drogas quitados de la pena y, por supuesto, con protección de policías locales, mientras se esparcía entre la opinión pública la versión de que los laboratorios eran dificilísimos en encontrar.

También han caído más de 50 objetivos prioritarios, algunos de los cuales, como el Güerito, ya incluso están en cárceles de Estados Unidos. Medio centenar de jefes fuera de la jugada es como para debilitar a cualquier banda criminal, incluso una del tamaño del Cartel de Sinaloa en sus dos versiones. ¿Cuántos de esos seguirían operando sin la presión del nuevo gobierno de EU? Casi todos es la respuesta. La presión de las fuerzas federales y la sangría provocada por la Guerra Civil entre la Mayiza y los Chapitos, que ya ha costado mil muertos, tienen al Cartel de Sinaloa, la banda criminal más poderosa del mundo, de capa caída, en las horas más bajas de su historia.

En un operativo sigiloso, eficaz, profesional, el gobierno de México envió a Estados Unidos a 29 narcotraficantes de alto perfil, incluso algunos que en su momento fueron los más importantes del país, como Caro Quintero o los jefes Zetas. Participaron más de 3 mil elementos, 342 vehículos y 20 aeronaves, ya que los narcos estaban recluidos en cárceles en diferentes lugares. Aunque usted no lo crea no hubo filtraciones. Todos los enviados tienen un historial escalofriante.

La versión es que los hermanos Treviño Morales todavía comandaban a su grupo criminal desde la cárcel, por ese tipo de cosas que solo en México pueden ocurrir. Si Trump hubiera perdido la elección esos 29 narcos de alto perfil estarían en cárceles mexicanas y según se dijo varios de ellos listos para recuperar su libertad gracias a jueces, digamos, acomedidos, con ganas de encontrar errores procesales para mandarlos de regreso a las calles, propina de por medios. En los días que faltan para que concluya marzo y arranque abril seguramente tendremos noticia de nuevos logros del Gabinete de Seguridad. Claro que no les regateo un reconocimiento, pero la pregunta sigue ahí, ¿Cómo serían las cosas sin Trump?

De modo que estamos ante un benefactor inesperado, un hombre que con una decisión puede descarrilar la economía del país y sembrar el caos aquí pero también en Estados Unidos. Trump es un peligro para México, pero también para la Unión Americana y el planeta. La doctora Sheinbaum ya tenía un alto nivel de aprobación antes del cambio de gobierno en EU Hoy día sus niveles de aprobación están por la estratósfera gracias a su habilidad para capotear a Trump, es otro inesperado beneficio, en este caso político, del hiperactivo presidente y su ráfaga de ordenes ejecutivas que dispara a diestra y siniestra, le tira a lo que se mueve, sin apuntar.

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