Opinión

El momento preciso en el lugar adecuado

Embarazo

Escuchamos un grito en el baño que está contiguo a nuestras oficinas, de la suficiente magnitud como para correr a conocer el origen. Una de nuestras secretarias yacía en el piso del baño, encogida, con clara evidencia de dolor abdominal. La revisión rápida fue suficiente para saber que tenía un evento abdominal agudo que la estaba llevando a un estado de choque hipovolémico. Esta es una condición francamente grave. Nos habrá tomado unos minutos llevarla a urgencias y de inmediato le colocaron líneas intravenosas por las que le infundían solución salina a chorro, en lo que averiguaban el origen del problema.

Mientras la trasladaban, me preguntó una investigadora: ¿Qué será lo que tiene? No sé, contesté, pero por su edad y el cuadro clínico parece un embarazo extrauterino que se reventó. ¡Pero si a ella ya la ligaron!, me respondió. Por eso, le dije, cuando hay un embarazo en alguien a quien ya ligaron, el riesgo de que sea extrauterino es elevado. En efecto, eso era lo que tenía. La condición era muy grave. Después de estabilizarla razonablemente, la paciente, fue sometida a cirugía de emergencia. Le llevó varios días en terapia intensiva para lograr salir del choque circulatorio. Si el evento hubiera ocurrido fuera del hospital, el resultado hubiera sido fatal. Esto ocurrió hace muchos años, pero la publicación reciente en el New England Journal of Medicine de un artículo de revisión sobre embarazo ectópico me hizo recordar la historia (DOI: 10.1056/NEJMcp2402787).

En el proceso del embarazo, la fecundación del óvulo ocurre en una de las trompas de Falopio, en donde el óvulo se detiene en espera de los espermatozoides. Ya fecundado, viaja hacia el útero, en donde encuentra en el endometrio las condiciones idóneas para implantarse. Esto le lleva entre 5 y 10 días. Al implantarse, se inicia propiamente la gestación con la generación de la placenta.

El embarazo ectópico ocurre cuando el óvulo fecundado se implanta en una de las trompas, antes de llegar al útero. Esto ocurre hasta en el 2 % de los embarazos y evidentemente se genera un embarazo insostenible. El riego de hemorragia es alto y si ocurre un evento agudo, la mortalidad puede ser muy alta.

Afortunadamente, hoy en día la mayoría de los embarazos extrauterinos se diagnostican en forma temprana. Primero, por la vigilancia del embarazo con ultrasonido, que es muy utilizada desde el principio, entre otras cosas, para saber el sexo del producto. Y segundo, porque si hay dolor o cualquier signo de alarma en el embarazo temprano, el abordaje revela el problema.

Hecho el diagnóstico, los niveles sanguíneos de la hormona gonadotropina coriónica producida por la placenta, que es la que se detecta en orina en las pruebas de embarazo, pueden guiar el manejo. Si son bajos, se puede tener una conducta expectante, en espera del aborto espontáneo. Si son moderados, se puede inducir el aborto con fármacos y esperar a que eso lo resuelva. Si son elevados o hay cualquier dato de peligro, hay mayor riesgo y entonces se debe optar por resolverlo en forma quirúrgica. El tipo de cirugía dependerá de si la paciente desea o no futuros embarazos.

Una de las disciplinas en las que el ultrasonido cambió el curso de muchos problemas es en la obstetricia, incluyendo el determinar el sexo del producto, por lo que ahora vemos fiestas un tanto cursis, para anunciar el sexo. Sin embargo, ahora están surgiendo parejas que, a la antigüita, prefieren no saber el sexo del producto sino hasta el momento del nacimiento. Todavía recuerdo cuando nacieron mis dos hijos y el obstetra anunció: ¡es niño!

Dr. Gerardo Gamba

Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e

Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM

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