
Aun cuando el aéreo sigue siendo el medio de transporte más seguro del mundo, los recientes accidentes e incidentes -desde leves hasta graves- que han ocurrido en aeropuertos de EU, Canadá, Corea y otros lugares importantes del mundo, han hecho que los especialistas empiecen a preguntarse si en verdad se tienen los controles de operación suficientes o si se han relajado las normas desde hace unos años.
La lista de accidentes va creciendo, aun cuando, en general, las pérdidas humanas son menores en estos tiempos que en el pasado. Uno de los ejemplos más claros fue el vuelo de 4819 de Delta Airlines en Toronto el mes pasado, donde a pesar de la pérdida total del aparato tanto los pasajeros como la tripulación sobrevivieron.
No obstante, en otros casos sí ha habido pérdidas humanas y este es uno de los factores que más impresionan a la opinión pública y generan temor a volar, a pesar del bajo índice de pérdidas humanas en accidentes de aviación. De acuerdo con la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) como promedio, un pasajero debería viajar diariamente durante 103.239 años para ser víctima de un accidente fatal.
Sin embargo, los recientes accidentes e incidentes graves, que suelen ser profusamente reseñados en todos los medios de comunicación (incluidas redes sociales y noticieros de TV), sí han movido, de algún modo, la conciencia de que hay algo que no está funcionando como antes.
En el caso de los Estados Unidos, desde hace tiempo que se ha llamado la atención sobre la falta de controladores y técnicos de navegación aérea. Esto se volvió más crítico al inicio de la administración Trump cuando fueron despedidos varios empleados federales, entre ellos personal de la Administración Federal de Aviación (FAA).
Justo en esos días ocurrió el accidente del aeropuerto Reagan en Washington, donde una aeronave de PSA (subsidiaria de American Airlines) colisionó con un helicóptero Black Hawk y, aunque el dictamen del accidente aún tardará muchos meses en terminarse y publicarse, hay algunos indicios de que no había personal suficiente en la torre de control y esto pudo ser un factor contribuyente en el percance donde perdieron la vida 67 personas de ambos aparatos.
Sobre ello también la IATA ha expresado preocupación, ya que los funcionarios federales despedidos podrían alcanzar los 300 mil y eso fue calificado como una mala noticia para todos, en especial para la aviación.
Fuera de los accidentes fatales también hemos visto recientemente varios incidentes en aeropuertos, como colisiones sin efectos graves o aeronaves que debe aterrizar de emergencia por problemas con motores o bien, pasajeros disruptivos de obligan a los pilotos a activar los protocolos para aterrizar en el primer aeropuerto disponible.
Y aunque es cierto que el incremento en el número de operaciones podría ser un factor importante (al final todo son rangos muy bajos por número de operaciones pero en la medida que éstas se incrementen veremos más casos). En todo caso, es importante que las aerolíneas, los aeropuertos, los prestadores de servicios y otros actores de la industria hagan un esfuerzo por regresar a mayores controles y apego a los manuales, aunque a veces eso se traduzca en demoras o en controles que, en algunos casos, podrían suponer molestias a los viajeros. E-mail: raviles0829@gmail.com