Opinión

Las revistas del Olimpo

El director de la revista científica británica Nature, Philip Campbell. Foto: EFE (La Crónica de Hoy)

Las revistas científicas de más alto nivel publican artículos de todo tipo de ciencia. No son de una disciplina en particular. O bien, si son de una disciplina, publican sobre todas las áreas dentro de esa disciplina. En el primer caso, tenemos a revistas como Nature o Science, en las que se pueden encontrar artículos tanto de física, como de ciencias naturales y ciencias sociales. En el segundo caso, tratándose de medicina, están por ejemplo el New England Journal of Medicine o The Lancet, en la esfera clínica, o revistas como Cell, dedicadas a procesos básicos de fisiología o enfermedad. Las denomino las revistas del Olimpo. La mayoría de los investigadores del mundo nunca publican en estas revistas o, si lo hacen, es en una ocasión, que suele ser memorable en su vida. Son pocos los que pueden presumir varios artículos en este tipo de revistas. Me refiero, por supuesto, a artículos en los que sean el autor responsable.

Publicar en las revistas del Olimpo es extremadamente difícil. La tasa de rechazo en la mayoría de ellas es del orden del 90 al 98 %. Un porcentaje muy alto de los artículos los rechazan sin siquiera leerlos. Si envías un artículo a estas revistas, probablemente al día siguiente te llegue un correo de rechazo. Son decisiones editoriales para que ni ellos, ni tú, pierdan el tiempo.

Lograr un artículo en las revistas del Olimpo como investigador responsable desde México es casi imposible, en parte, porque el nivel de los trabajos que ahí se aceptan generalmente se generan por la inversión de cientos de miles de dólares en el estudio. En casi todos los artículos en estas revistas en las que aparece una institución de México, el autor de nuestro país fue colaborador de un grupo poderoso que recolectó y analizó datos de muchos lugares del mundo, o bien, los contrató la industria farmacéutica para que pacientes con la enfermedad de interés participaran en un estudio internacional. En general, el autor de México es solo uno, no suelen aparecer estudiantes del grupo y es evidente que nada de lo que se presenta se hizo en nuestro país. La contribución fue con materia prima. Estos artículos no son atribuibles a México, sino al país de los investigadores responsables.

Quiero dejar claro que me parece muy importante que investigadores de nuestro país participen en estos trabajos. Se generan redes de colaboración, se obtienen recursos y se contestan preguntas que no sería posible hacerlo sin la cooperación internacional. Pero, desafortunadamente, algunas autoridades o sistemas evaluadores les dan un valor, como si fueran estudios hechos en México, lo que me parece poco conveniente, porque reconocen a ese tipo de estudios, por encima de la investigación hecha dentro de nuestro país, que es la más valiosa y, promueven una imagen falsa de lo que es hacer investigación original en México.

Hay escasos artículos en estas revistas en las que el investigador responsable es de México y el trabajo fue hecho al menos en parte o en su totalidad en nuestro país, lo que da mucho gusto cuando uno las descubre. Usualmente, se trata de trabajos en los que se estudió algo que tiene que ver directamente con México, como, por ejemplo, trabajos recientes que fueron publicados en Nature o Science en los que se estudiaron el genoma de los Mayas o el de los habitantes del México central prehispánico, o el de 140,000 habitantes actuales en la ciudad de México. Mi reconocimiento para los investigadores responsables de estos trabajos.

Dr. Gerardo Gamba

Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e

Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM

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