Opinión

Armenta, empresarios y turismo

Alejandro Armenta

El estado de Puebla tiene oportunidad de crecimiento acelerado. Después de años incertidumbre política, con cambios constantes en el Palacio de Gobierno, el triunfo de Alejandro Armenta en las elecciones de junio pasado abrió la posibilidad para los poblanos de un sexenio completo alejado de la crispación.

Ambos aspectos importan. Tener seis años en el cargo permite hacer planes de mediano plazo, darles seguimiento, evaluarlos, corregirlos y alcanzar metas. Terminar con la crispación permite sumar esfuerzos y no ver a los demás como enemigos sino como aliados potenciales. La victoria de Armenta fue por amplio margen, indiscutible. Lo dotó de una sólida legitimidad para hablar y escuchar a todos.

Esto genera expectativas positivas. La comunidad empresarial ha sido convocada, una y otra vez, a ser protagonista del cambio. El interés de trabajar al lado de los empresarios, no solo en los discursos sino en el día a día, es un rasgo diferenciador del estilo de gobernar de Armenta. El mandatario quiere que los empresarios hagan su parte para que su gobierno pueda concentrarse en asuntos sustantivos como seguridad y justicia. Armenta no olvida que brindar seguridad es la razón de existir del Estado y la raíz del contrato social: te obedezco a cambio de que me protejas. Ha dedicado el arranque de su mandato a recuperar la paz en la entidad, que llegó a tener mala fama por los huachicoleros y los salteadores de caminos. No digo que esos problemas hayan quedado atrás, todavía el camino es largo, pero el problema de seguridad se atiende todos los días y los primeros resultados ya comienzan a documentarse.

Por Amor a Puebla

El gobierno del estado convocó a medios y líderes de diversos sectores para presentar la agenda de eventos turísticos para lo que resta del año 2025. El objetivo es que el turismo haga lo suyo; esto es, generar empleo, combatir la pobreza, animar la vida económica. Puebla cuenta con atractivos turísticos en diversos segmentos y merece ser un referente del sector a nivel nacional. Su densidad cultural lo envuelve todo. Tiene sitios arqueológicos, pueblos originarios, joyas virreinales, museos, rascacielos de diseños vanguardistas.

El estado ha sido escenario de momentos clave de la historia de México como la batalla contra los franceses o el inicio de la Revolución Mexicana en la casa de los hermanos Serdán. La casa se puede visitar y los fuertes de Loreto y Guadalupe ahí siguen. Cuenta con una gastronomía famosa a nivel mundial y gente cálida con ganas de presumir a su estado. No olvido mencionar el potencial del estado, sobre todo en su sierra norte, para la práctica del turismo de aventura con incontables escenarios de belleza natural

Lo que se requiere para detonar el crecimiento turístico en el corto plazo es voluntad política y el gobernador Armenta la tiene. Es cierto que una dependencia encargada de los asuntos turísticos es necesaria, pero se trata de una actividad que atraviesa transversalmente la administración pública, las áreas encargadas de la conectividad, de los servicios urbanos como agua, luz, tratamiento de basura, productos alimenticios, del mantenimiento de inmuebles, señalización y muchos aspectos más. Como el titular o la titular de Turismo no puede dar órdenes a sus pares, es necesario de sea el jefe de todos ellos, el gobernador en este caso, quien ubique al turismo como una actividad prioritaria de su gobierno, ya que los beneficios que genera ayudan a todos.

El gobierno, entonces, brinda seguridad, justicia, servicios públicos, establece reglas claras. Pero la operación cotidiana del turismo compete a los empresarios, la iniciativa privada, a los emprendedores que arriesgan su dinero, abren negocios y dan empleo, los que tienen un hotel, un restaurante, una tienda de artesanías, los tours operadores, los guías y a los trabajadores que se tienen que esmerar por dar el mejor servicio. La conjunción de esfuerzos entre gobierno, empresarios y trabajadores es la fórmula.

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