
El desempeño internacional de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien asumió hace solo seis meses el cargo, ha sido importante en varios aspectos; se ha destacado su manejo de las relaciones con Estados Unidos, un tema clave debido a la frontera y la interdependencia económica entre ambos países y del Tratado Comercial que comparten con Canadá.
Hay que reconocer que, desde el inicio ha enfrentado un entorno complejo que se ha agravado con la llegada de Donald Trump a la Presidencia de sus país, en su segundo mandato, quien continuamente ha amenazado con la aplicación de aranceles y ha presionado en temas como migración y comercio.
El enfoque diplomático, de la Presidenta de México se ha basado en la defensa de la soberanía nacional. Esto ha sido bien recibido en contextos internacionales y sin mucho impacto para los connacionales. Por ejemplo, ha mantenido una postura firme pero colaborativa, evitando caer en provocaciones con “mente fría”, lo que le ha permitido posicionarse como una líder capaz de negociar con figuras desafiantes sin comprometer la dignidad nacional. Resultado de ello, ha conseguido atención positiva en medios globales y entre analistas internacionales, quienes la ven como un contrapeso pragmático frente a las políticas agresivas comerciales de Trump.
En términos de política exterior más amplia, Sheinbaum ha proyectado una imagen de continuidad con los principios de la Cuarta Transformación de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, pero hay que reconocer que se ha formado un estilo propio marcado por su formación.
Estas acciones de la primera mujer presidenta científica de México, elevan el reconocimiento de la dimensión histórica y su proyección internacional, hechos que han sido destacados en foros globales, donde se le considera como un símbolo de avance no solo en igualdad de género sino también de liderazgo político.
Los resultados de la doctora Sheinbaum Pardo, como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, donde manejó temas como la seguridad, la salud, la educación, le dan credibilidad para abordar retos transnacionales como el cambio climático, área en la que su formación podría influir en futuras negociaciones internacionales.
Los aranceles impuestos, por el presidente norteamericano, a los vehículos fabricados fuera de su país, tendrán un impacto significativo en la economía mexicana debido a la importancia del sector automotriz, ya que el mayor mercado para la exportación de vehículos es justamente Estados Unidos.
En el 2024, México exportó aproximadamente 3.4 millones de vehículos ligeros, de los cuales cerca del 80% fueron a Estados Unidos; en esa magnitud el arancel del 25% los encarece y podría reducir la demanda, generando afectaciones a los ingresos de las automotrices y el volumen de exportación, que representa alrededor del 2.8% del PIB mexicano.
Para ser realistas las cadenas de suministro en Norteamérica implica qué componentes cruzan las fronteras varias veces antes de ensamblarse esto hará que los aranceles eleven sus costos de producción, especialmente para vehículos que no cumplen totalmente con las reglas de origen del T-MEC (75% de contenido regional). Empresas estadounidenses como General Motors, Ford y otras, que históricamente han tenido las plantas en México, se verán con márgenes reducidos o trasladarán costos a los consumidores, haciendo los autos menos competitivos frente a los producidos en Estados Unidos o en otros países sin aranceles que no se hayan incluido en la política trumpista.
Se ha visto que la credibilidad del Gobierno de la República es esencial para la generación de inversiones internacionales de diversos sectores, pero es innegable que los aranceles generan dudas sobre la viabilidad de mantener o expandir operaciones en México. Sin embargo, para muchas empresas, el mover la producción sería muy costoso, al menos en los primeros años.
Ante estos ejemplos internacionales, hace unos días el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, lanzó una pregunta al chatbot “Grok”, la herramienta de inteligencia artificial de la red social X, “quién es el presidente más popular del mundo”, tras la lectura del algoritmo Grok dio su respuesta: “Sheinbaum”, y se inició como un tema de tendencia internacional; en el ámbito político tomó un nuevo sentido, pues distintas figuras internacionales generaron conversación en torno a ello.
A pesar de los retos internos, como la violencia persistente y un crecimiento económico moderado (proyectado en 0.6% para 2025), que limitan su capacidad de maniobra en el escenario global, su aprobación supera el 75% tras cinco meses en el cargo y le da una base sólida para proyectarse internacionalmente.
En resumen, la Presidenta Claudia Sheinbaum ha logrado un inicio prometedor en el contexto internacional, destacándose por su diplomacia estratégica y su perfil único, aunque enfrenta pruebas significativas para consolidar su influencia a largo plazo. Muchas de ellas tienen que ver con los liderazgos en el congreso y en los estados. Pero si algo ha demostrado, es que la gobernabilidad tiene que ver con el equilibrio de fuerzas y eso lo ha logrado a pesar de que sigan algunas resistencias.