Opinión

El siguiente nivel de revistas

Mi comentario de opinión la semana pasada fue sobre las revistas del Olimpo, de las que comenté que es casi imposible publicar, no solo desde México, sino desde cualquier parte del mundo. En esta ocasión quiero tocar el tema de las revistas del siguiente nivel, que son muy difíciles, pero que pueden ser accesibles a las publicaciones desde México, si el investigador está dispuesto a emprender el viaje que significa tratar de publicar en estas revistas. Me refiero, por supuesto, a cuando el investigador es el autor responsable.

En las ciencias médicas, hay revistas generales que publican de todo, como por ejemplo el JAMA o el British Medical Journal en investigación clínica o el Journal of Clinical Investigation (JCI) o el PNAS de USA de investigación experimental. Publicar en estas es reconocido por todos los miembros de la comunidad médica. Luego, en cada especialidad médica hay además entre dos a cinco revistas que son las más relevantes. Las publicaciones en estas son igual de difíciles, aunque en general solo son reconocidas por los pares de la especialidad.

Para publicar en estas revistas hay que hacer investigación de vanguardia, tener resultados originales y contundentes y decidir embarcarse en esta aventura. Primero, hay que escribir un artículo que esté impecable, en el que cada palabra esté en su sitio. La cantidad de experimentos en uno de estos artículos podrían ser útiles para publicar tres a cinco en revistas de menos nivel. Al menos la mitad de los manuscritos enviados a estas revistas son rechazados sin haberlos leído, por lo que tiene uno que entrarle con una gran capacidad de frustración.

Si el manuscrito es enviado a revisión, regresará entre cuatro y seis semanas con la opinión de tres a cinco revisores. Si es rechazado, no todo está perdido. Al menos tienes varias opiniones y puedes decidir incorporar lo sugerido para después enviarlo a otra revista de gran nivel. Si no es rechazado, entonces debes hacer en general todo lo que te piden los revisores que, en este nivel de revistas, con frecuencia incluye hacer nuevos experimentos o hasta la generación de nuevos ratones transgénicos o nuevas cohortes clínicas. El proceso puede requerir de seis meses a un año de trabajo del grupo. Cuando tienes todo listo, escribir solo la respuesta a cada punto de los revisores te lleva días de trabajo. Consejo: no te pelees con los revisores, haz lo que te pidieron. Si la versión original del artículo equivalía de tres a cinco en revistas de menos nivel, la nueva versión con experimentos adicionales ahora equivale a entre cinco y ocho.

Lo envías y todavía no estás seguro de que va a pasar. Igual viene de regreso un correo de aceptación (aleluya), o bien, uno con puntos que a los revisores no les quedaron claros y tienes que trabajar en ellos (bueno, a darle), o bien, los revisores originales ya lo aceptan, pero ahora sin explicación alguna, viene con nuevos revisores y te lo rechazan (ya me pasó una vez).

Si al final el artículo no es aceptado, trabajaste más de un año en eso, no tienes nada y el trabajo invertido no te lo va a reconocer ningún sistema de evaluación. Si el artículo es aceptado, ¡eureka! Logras una publicación de muy alto nivel. Tu trabajo será muy reconocido por tus pares y probablemente muy citado. Sin embargo, dedicaste más de un año de trabajo a este artículo y te quedas sin datos para nuevas publicaciones. Con el mismo trabajo, en revistas mediocres pudiste haber publicado entre cinco y ocho artículos, pero que tus pares no van a leer ni citar.

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