Opinión

El Universo se Bifurca: Borges y el Latido Oscuro del Cosmos

El escritor Ernest Hemingway
La difusión de la obra de Jorge Luis Borges en México inició en Guadalajara, en la década de los años 40 del siglo pasado. La difusión de la obra de Jorge Luis Borges en México inició en Guadalajara, en la década de los años 40 del siglo pasado. (La Crónica de Hoy)

«Si viéramos realmente el universo, tal vez lo entenderíamos.»

Jorge Luis Borges

En 1941, un hombre en Buenos Aires escribió que el universo no era una línea recta ni un círculo perfecto, sino un “jardín de senderos que se bifurcan”. Ese hombre era Jorge Luis Borges. En su cuento, el tiempo no fluía hacia un solo futuro, sino hacia todos los futuros posibles al mismo tiempo. Cada decisión, cada instante, abría una nueva realidad. Ochenta años después, un grupo de científicos con telescopios gigantes en Arizona parecían estar encontrando pruebas de que Borges tenía razón.

El proyecto DESI (Instrumento Espectroscópico de Energía Oscura, por sus siglas en inglés) está trazando el mapa más grande del mundo jamás realizado. Al analizar la luz de millones de galaxias, los astrónomos descubrieron algo asombroso: la expansión del universo no solo se acelera, sino que esa aceleración no es constante. El cosmos parece latir, con fluctuaciones, como si tuviera un ritmo propio y misterioso.

¿Qué significa esto? Implica que el universo no crece de manera uniforme. Algo, una energía aún más enigmática que la materia oscura, parece empujarlo, pero no siempre con la misma fuerza. Es como si el cosmos tuviera respiraciones irregulares, pausas y acelerones que desafían nuestras ecuaciones. Los científicos llaman a esa fuerza “energía oscura”, pero en realidad no saben qué es. Puede ser una propiedad del espacio vacío o ser un campo invisible que cambia con el tiempo. Algunos incluso sugieren que esta inestabilidad podría ser la huella de otros universos, como burbujas vecinas que empujan el nuestro desde afuera.

Lo fascinante es que Borges imaginó estas ideas antes de que la ciencia tuviera instrumentos para observarlas. En La Biblioteca de Babel concibió un cosmos infinito que contiene todas las combinaciones posibles; en El Aleph, un punto donde todo el cosmos puede ser visto al mismo tiempo. ¿Y si la aceleración del universo fuera una de esas combinaciones posibles?, ¿y si el universo realmente se bifurca como en sus cuentos?

Tal vez Borges no buscaba predecir el futuro de la cosmología, pero su intuición poética tocó verdades profundas. La literatura, al igual que la ciencia, nace de la misma chispa: la necesidad de comprender lo incomprensible. Hoy, gracias a DESI, entendemos un poco más del ritmo secreto del universo. Pero como Borges sabía, cada respuesta abre un nuevo laberinto.

Algunos físicos teóricos han comenzado a considerar modelos del universo que resuenan extrañamente con las metáforas de Borges. Por ejemplo, la teoría del multiverso, una consecuencia de ciertas interpretaciones de la mecánica cuántica y de la inflación cósmica, sugiere que existen múltiples realidades coexistiendo simultáneamente, cada una con sus propias leyes físicas. Según el cosmólogo Max Tegmark, estas realidades pueden clasificarse en cuatro niveles de multiverso, siendo el más extremo aquel donde todas las estructuras matemáticas posibles tienen existencia física. ¿No es esa la misma idea que Borges expone en La Biblioteca de Babel o en El jardín de senderos que se bifurcan?

Incluso los patrones de oscilación en la energía oscura observados por DESI podrían, según algunos teóricos, reflejar transiciones entre diferentes estados del vacío cuántico, una especie de “paisaje” de realidades posibles. Investigaciones del físico Paul Steinhardt, uno de los críticos de la inflación eterna, han planteado modelos cíclicos en los que el universo se expande y contrae infinitamente, lo que abriría la puerta a una visión no lineal del tiempo —otra idea que Borges planteó en algunos de sus cuentos.

Quizás no se trate solo de una coincidencia literaria. Tal vez, como sugieren algunos físicos, la ciencia necesita recurrir a la imaginación radical para abrirse a nuevas comprensiones del cosmos. Y en ese sentido, Borges, con su visión de mundos que se ramifican y universos que coexisten en un solo punto, no solo escribió literatura fantástica: escribió, sin saberlo, filosofía física de vanguardia.

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