Opinión

La batalla de la promoción

Elección Poder judicial Producción de las boletas para el Proceso Electoral Extraordinario para la elección de diversos cargos del Poder Judicial de la Federación (Mario Jasso)

Claro que la elección del Poder Judicial del primer domingo de junio necesita toda la promoción posible. Se trata de un ejercicio inédito. Hasta el momento la ciudadanía no está enganchada en el proceso. Eso no se discute.

La regla es que esa promoción no toca hacerla a los servidores públicos, de manera que se tienen que quedar al margen o cambiar las reglas, pero no saltarse las trancas, ya que sería un pésimo ejemplo.

Los que sí estén autorizados a hacer la promoción que la hagan, de otra forma será muy complicado que los ciudadanos se sumen al esfuerzo de elegir a los nuevos impartidores de justicia.

No se olvida que los aspirantes tienen limitaciones serias de tiempo, recursos y alternativas, pero el andamiaje legal alrededor de la elección del Poder Judicial lo hicieron los legisladores de la coalición mayoritaria. No pueden salir a decir que están inconformes con las reglas que ellos mismos diseñaron.

Los abrazamos en su búsqueda

El fenómeno de los desaparecidos trae en sus espuelas una consecuencia lógica: grupos de personas que los buscan. Estamos ante una anomalía mayor del sistema de justicia en el país.

Se tienen documentados más casos de desaparecidos aquí, que en los anales de las dictaduras latinoamericanas. De no creerse. En este entorno un contingente de relevantes trabajadores de la cultura, entre ellos cineastas y escritores célebres, firmaron una carta de apoyo a los colectivos de búsqueda de personas desaparecidas.

“Los abrazamos en su búsqueda”, dicen. El objetivo desde luego es visibilizar dentro y fuera de las fronteras el trabajo de buscadores, para detonar la voluntad política de atenderlo con toda la fuerza del Estado.

Es momento de mostrar empatía con los grupos que escarban la tierra para encontrar restos de sus seres queridos. Es una tarea escalofriante.

El exterminio de los alegres

Tal parece que los Alegres del Barranco no leen la prensa, ni siguen los noticieros ni tienen redes sociales. Acaso por eso y su exceso de chamba no se han enterado del escándalo de Rancho Izaguirre. No saben que se trata de dilucidar si era campo de exterminio, o solo campo de entrenamiento del CJNG donde los aspirantes que reprobaban eran asesinados.

Y por eso, contagiados por la emoción del momento, resolvieron hacerle un homenaje al Mencho, que tal vez siga siendo jefe de ese cartel si es que no ya murió y está en el infierno.

Los Alegres del Barranco ya metieron en problemas a personas e instituciones que les abrieron un espacio y que ahora no saben qué hacer ante las acusaciones de apología del delito, de simpatía por el diablo. Si van a Teuchitlán seguro a los Alegres se les borra la sonrisa.

La herencia maldita

El gobierno de Tabasco no le encuentra la cuadratura al círculo. La herencia de inseguridad que recibió de los gobiernos que lo antecedieron ha sido una losa que le impide despegar.

No podía ser de otra manera. No puede olvidarse que la principal banda criminal de entidad, La Barredora, era la otra cara de la policía estatal, lo denunció el propio gobernador Javier May.

Apenas cinco meses duró en su cargo José Barajas, fiscal de Tabasco. Es un coronel del Ejército que retomará su carrera militar. Dicen allá, en Villahermosa, que el militar ya iba poco a su oficina y había recibido reiteradas amenazas de muerte.

Costará tiempo retomar el control, pero no hay de otra. Lo primero es evitar la impunidad y que los mandos policiacos que se aliaron con la delincuencia hasta formar una sola organización no queden impunes.

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