
El récord se rompió en las principales plazas del país, pero la pelea ocurre y continúa en todas ellas cotidianamente, además de las batallas de aquellos recónditos espacios donde los generadores de violencia y los acechos en conjunto aún conspiran.
En el ring de la seguridad y la salud, con el acompañamiento de una soberana comunidad en plataforma mayoritaria, las campeonas en la radiante primavera son la Presidenta Claudia Sheinbaum y la Jefa de Gobierno, Clara Brugada.
A seis meses del inicio de los gobiernos federal y local, en una contextual convergencia también de la celebración de la paz y la salud, los depredadores de seguridad y juventud son adversarios para desplegar el arte del boxeo, consistente como sabemos, en dar los mayores golpes y recibir los menos en número o contundencia. Si la percepción es realidad y si aquella es representada por las encuestas, la primera mitad del año ha sido exitosa para ambas mandatarias.
Es un round de una mañana dominical claramente de victoria cívica y gestión logística institucional. Contra el conjunto de oscuridades desde donde acechan tanto los organismos delictivos como las vulnerabilidades de la salud, se despliega una coordinación festiva como en las mañanas en lo nacional y local una de naturaleza operativa contra la incidencia delictiva.
En el otro lado del ring, las voluntades sangrientamente disruptivas y por contener, son las de quienes mantienen el mercado de las adicciones, el control territorial en los espacios donde existe ausencia de capacidad punitiva. Están o son percibidas lejanas las oportunidades construidas por la comunidad contra los recursos de los organismos delictivos.
El boxeo es herramienta de cohesión social y prevención del delito en una acción organizada hace seis años desde Iztapalapa, cuando gobernaba Brugada. La imagen del combate contra la violencia y las adicciones es gestión simbólica ante un gigantesco desafío respecto del cual hay cateos y numerosas detenciones. Falta.
En este Día Mundial de la Salud es oportuno recordar el esfuerzo de miles de personas en la CDMX para preservarla ante vulnerabilidades diversas de nuestra fisiología, el entorno o el accidente que aún llamamos imprevistos o coincidencias peligrosas. Colaboran en aquel empeño el C5, CRUM, ERUM, Cruz Roja. Un 44 por ciento de las urgencias son accidentes viales: choques, atropellados o percances de motociclistas y ciclistas. Las enfermedades ocupan el segundo sitio y en tercero están las personas lesionadas por caída.
Afortunadamente libre de accidentes, ayer el Zócalo fue cubierto con un lienzo humano tricolor, en “el ring más grande del mundo” —la plaza definida así por Brugada— donde se intentó un contundente round de izquierda contra la violencia y la inseguridad. Todos los días debemos boxear contra el riesgo.
Rivales épicos en el cuadrilátero, Julio César Chávez y Óscar de la Hoya, recuerdan pasajes mientras guían los movimientos. Activación heterogénea: Brugada, los secretarios de educación federal y local, Mario Delgado y Pablo Yanes, abrazado el último por el sonorense nacido hace 62 años; Miguel Torruco, director nacional de Promoción al Deporte y Bienestar ha mejorado su boxeo; Mauricio Sulaiman presidente de la Comisión Mundial de Box, incansable es felicitado por Brugada.
Todas y todos lanzamos nuestros mejores golpes. A favor del deporte, la paz y la salud. Emblema de estos tres valores es nuestro hermano Javier Hidalgo, quien boxea contra el cáncer y representa lo mejor del activismo social capitalino. Entusiasta anima desde su silla de ruedas frente a Sheinbaum y Brugada. Una comunidad entera busca el definitivo KO contra la apatía y las inercias