Opinión

Visita a la Universidad Autónoma de Querétaro

Universidad Autónoma de Querétaro
La Universidad Autónoma de Querétaro. La Universidad Autónoma de Querétaro. (La Crónica de Hoy)

Por invitación de mi buen amigo y exalumno Ernesto Sabath, recientemente tuve la oportunidad de asistir como profesor visitante durante dos días a la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Querétaro. Ernesto fue nuestro residente del Instituto en medicina interna y nefrología hace más de 20 años. En su tercer año de residencia de nefrología, aceptó la invitación que les hago cada año, para que un residente invierta el tercer año en una estancia en mi laboratorio en el que aprenda sobre investigación, los proyectos que llevamos a cabo y participe en uno de ellos.

El paso de Ernesto por el laboratorio fue muy productivo. Hicimos un estudio sobre el efecto funcional de mutaciones en el cotransportador renal de NaCl que producen síndrome de Gitelman. El estudio fue publicado en la revista American Journal of Physiology en 2004 (doi: 10.1152/ajprenal.00044.2004) y ha recibido más de cien citas. Además, participó en el primer estudio que hicimos sobre la regulación del transportador por una cinasa llamada WNK4 que, cuando está mutada, produce hipertensión arterial. Lo publicamos en el PNAS (doi: 10.1073/pnas.242735399.2003) y ha recibido cerca de 500 citas. Su experiencia fue tan positiva que, al terminar la residencia, decidió realizar un posdoctorado en el hospital Brigham and Women’s de la Universidad de Harvard, del cual publicó tres manuscritos que le han atraído otras tantas citas. Al término regresó a su ciudad natal, Santiago de Querétaro, a impulsar la nefrología en su estado. Su papel ha sido espléndido y hoy en día, coordina las unidades de hemodiálisis gratuitas de la Secretaría en las cuatro ciudades del Estado en que se ubican. Igual que yo, está convencido que haber hecho un posdoctorado en Harvard es una de las mejores experiencias de su vida.

La visita a la UAQ fue muy interesante y divertida. El jueves por la tarde me encontré con un auditorio lleno a reventar de alumnos de pregrado con quienes sostuve una conversación por más de dos horas. Es evidente el interés que tienen en la investigación biomédica, pero las pocas oportunidades para acercarse a ella. Al día siguiente impartí, en el mismo auditorio igual de lleno, una clase de fisiología renal. Disfruto ver las expresiones corporales de los alumnos cuando por fin entienden un concepto que les era complicado. Me pidieron que vaya una vez al año durante dos o tres días a impartirles el curso completo. Como sucede en casi todas las escuelas de medicina, la enseñanza de la fisiología renal es deficiente, porque los propios profesores de fisiología no la entienden y no parecen estar interesados en hacerlo.

Al término de la clase tuve otro conversatorio, pero ahora con alumnos de posgrado muy interesados en resolver dudas sobre la carrera de un investigador y el camino para ser exitoso. Finalmente, impartí una conferencia magistral ante alumnos y profesores de la facultad.

Ser profesor visitante en facultades de medicina del interior de la república es muy estimulante. Experiencias similares he tenido al visitar las Universidades Autónomas de Culiacán, Hidalgo y de San Luis Potosí. Encuentras jóvenes ávidos de conocimiento e interesados en aprender sobre investigación. Si tan solo en uno de esos alumnos que te ven con admiración logras sembrar el interés por la investigación biomédica y cambias el curso de su vida, como fue en su momento el caso de Ernesto, ya valió la pena el viaje y el esfuerzo. Mucho me gustaría visitar las escuelas de medicina de más ciudades de nuestro querido país.

Dr. Gerardo Gamba

Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e

Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM