Opinión

Reflexiones: Día Mundial de la Salud

Día Mundial de la Salud CIUDAD DE MÉXICO, 29SEPTIEMBRE2024.- El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) llama a cuidar la salud del corazón a través de siete acciones esenciales que mejoran la salud cardiovascular, con un enfoque que va desde la prevención de enfermedades cardiovasculares, la detección oportuna de los factores de riesgo hasta el tratamiento de las complicaciones y la rehabilitación en pacientes que ya pasaron por un evento cardiovascular como es el infarto del miocardio. En el Día Mundial del Corazón que se conmemora este 29 de septiembre, el doctor Luis Antonio Moreno Ruíz, adscrito a la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI, detalló que el IMSS brinda más de un millón de consultas al año, de las cuales, el 75 por ciento son por enfermedades del corazón. “En las Unidades de Medicina Familiar (UMF) la principal causa de consulta es por hipertensión arterial sistémica; mientras que en los hospitales, los primeros lugares de egreso son por enfermedad isquémica del corazón entre las que se encuentra el infarto agudo de miocardio”, explicó. FOTO: IMSS/CUARTOSCURO.COM (Instituto Mexicano del Seguro Social)

El Día Mundial de la Salud, celebrado cada 7 de abril, es una ocasión para reflexionar sobre los desafíos y avances en el ámbito sanitario global. Este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha centrado su atención en la salud materna y neonatal bajo el lema “Inicios saludables, futuros esperanzadores”. Esta temática resalta la urgencia de abordar las alarmantes cifras que persisten en torno a la mortalidad materna y neonatal. Según datos recientes, aproximadamente 260,000 mujeres fallecieron en 2023 debido a complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto, muchas de ellas prevenibles. Además, más de 2 millones de recién nacidos no sobrevivieron su primer mes de vida, y una cifra similar corresponde a mortinatos.

En México, la situación también demanda atención. Con una población de casi 130 millones de habitantes, el país ha enfrentado desafíos significativos en su sistema de salud. La esperanza de vida al nacer es de 75 años, pero las disparidades regionales y socioeconómicas influyen en este indicador. La mortalidad materna sigue siendo una preocupación, especialmente en comunidades rurales e indígenas, donde el acceso a servicios de salud es limitado. Estas cifras subrayan la necesidad de fortalecer los sistemas de salud y garantizar una atención equitativa y de calidad para todas las mujeres y recién nacidos.

La OMS desempeña un papel crucial en la mejora de la salud global. Como organismo especializado de las Naciones Unidas, establece normas y estándares internacionales, proporciona asistencia técnica a los países y coordina respuestas ante emergencias sanitarias. Un ejemplo destacado es la erradicación de la viruela en 1980, logro alcanzado gracias a los esfuerzos coordinados de la OMS y sus estados miembros. Además, la OMS ha sido fundamental en la lucha contra enfermedades como la poliomielitis y en la promoción de programas de vacunación que han salvado millones de vidas. Sin embargo, recientes decisiones políticas han puesto en riesgo la estabilidad y eficacia de la OMS. El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva el 20 de enero de 2025 para retirar a Estados Unidos de la OMS, misma que de acuerdo a los estatutos de la organización surtirá efecto en enero de 2026. Esta medida ha sido ampliamente criticada por expertos en salud pública, quienes advierten sobre las graves consecuencias que podría acarrear tanto para Estados Unidos como para el resto del mundo. La retirada de uno de los principales contribuyentes financieros y actores en la OMS debilita la capacidad de la organización para responder a emergencias sanitarias y coordinar esfuerzos internacionales.

La importancia de la OMS radica en su capacidad para unir a las naciones en torno a objetivos comunes de salud, facilitando la cooperación y el intercambio de información vital. Su labor en la estandarización de datos de salud, la promoción de investigaciones y la implementación de programas de prevención y tratamiento es indispensable. La pandemia de COVID-19 evidenció la necesidad de contar con una entidad que coordine respuestas globales y proporcione directrices basadas en evidencia científica. Debilitar o desmantelar la OMS podría dejar al mundo más vulnerable ante futuras amenazas sanitarias.

Uno de los más grandes retos que tenemos como humanidad es reducir al mínimo las brechas de desigualdad que existen en el mundo respecto al acceso a la salud. De acuerdo con datos de la OMS, en 2023, los países de bajos ingresos registraron una tasa de mortalidad materna de 346 muertes por cada 100,000 nacidos vivos, cifra que contrasta drásticamente con las 10 muertes por cada 100,000 nacidos vivos en países de altos ingresos. Además, en Estados Unidos, una nación considerada de altos ingresos, más de 91 millones de personas, lo que representa más de un tercio de la población, no pueden costear una atención médica de calidad. Estas cifras evidencian las profundas disparidades en el acceso a servicios de salud esenciales, resaltando la urgente necesidad de implementar políticas que promuevan una cobertura sanitaria universal y equitativa a nivel global.

Mirando hacia el futuro, el bienestar de la humanidad dependerá en gran medida de nuestra capacidad colectiva para anticipar, prevenir y responder a las crisis sanitarias de forma coordinada y equitativa. El cambio climático, las pandemias emergentes, la resistencia a los antimicrobianos y las desigualdades persistentes en el acceso a servicios de salud son desafíos que requieren respuestas globales sustentadas en ciencia, solidaridad y compromiso político. El fortalecimiento de los sistemas de salud pública, la inversión en investigación y tecnología médica, y la promoción de estilos de vida saludables serán pilares fundamentales para garantizar que las próximas generaciones no solo vivan más tiempo, sino que lo hagan con dignidad, bienestar y justicia social. Solo a través de una visión compartida de salud universal y cooperación internacional será posible construir un futuro más saludable para todos.

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