Opinión

Turismo. El rancho de la Tía Juana

Atardecer Tijuana

Cuenta la leyenda que la ciudad fronteriza de Tijuana debe su nombre a una suerte de hostal que acogía viajeros en aquellas lejanas latitudes, cuando todavía ni siquiera se delimitaba con exactitud la frontera entre México y Estados Unidos.

La dueña del lugar era la Tía Juana, que ofrecía sombra y agua para proteger a la gente del sol abrasador. Habrían sido viajeros americanos quienes compactaron Tía Juana a Tijuana, nombre que se quedó para la posteridad. Puede decirse que un hotel y el turismo a su alrededor fueron el origen de la localidad. Hoy es la segunda ciudad más poblada del país y la que tiene más cruces fronterizos del planeta.

Ha experimentado un crecimiento desorbitado, que no se detiene. Esto explica su vitalidad y dinamismo por la riqueza, por la fusión de culturas de gente llegada de todo el país, pero también le genera infinidad de problemas urbanos y, claro, de seguridad.

La ciudad y sus habitantes han tenido que sobreponerse a la mala fama que dejó ahí el cartel de los hermanos Arellano Félix. Otra leyenda cuenta que Miguel Ángel Félix, entonces capo en jefe de la mafia mexicana, dividió el territorio nacional y le entregó a los Arellano Félix, nacidos en Sinaloa, la plaza fronteriza. La ciudad tenía como todas las localidades fronterizas, problemas serios derivados de su calidad de ciudad abierta, propicia para la disipación de los norteamericanos, que hacían en Tijuana las barbaridades que no podían hacer en su país. Había contrabando de fayuca, desde luego, pero la violencia escaló cuando comenzaron a llegar los cargamentos, primero de mariguana y después de cocaína. Tijuana entró en una espiral de violencia de la que le ha costado salir y menos ahora con el fentanilo.

Nadie niega la presencia de violentos, pero lo cierto es que Tijuana tiene actividades económicas de primer nivel que explican su progreso, los grandes edificios, las avenidas, los restaurantes, su nivel de vida. Por su posición estratégica, la actividad comercial no tiene pausas. Se dice poco, pero Tijuana es una potencia continental en turismo médico, ya que ofrece servicios de calidad a precios mucho menores que los que se pagan en Estados Unidos, por ejemplo.

Pues bien, en una decisión por demás audaz y controvertida, el gobierno anterior decidió entregar a Tijuana la sede del Tianguis Turístico México. Controvertida porque es un lugar de acceso complicado desde el centro del país. Usar avión es obligado. Los que pueden llegar por auto son los que vienen de San Diego, California, que por cierto se sumará a la fiesta turística que será del 28 de abril al primero de mayo. La comunidad empresarial vinculada al turismo de BC, echará la casa por la ventana durante el Tianguis.

¿Cómo comenzó todo? Los pueblos originarios de América del Norte se reúnen una vez al año para una gran fiesta en la que honran su cultura. A esa fiesta se le conoce como Pow Wow. La comunidad turística de Estados Unidos tomó prestado ese espléndido nombre para organizar un encuentro de todos sus integrantes con el objetivo de sintonizar esfuerzos para mejorar el turismo en ese país. Ese evento, el Pow Wow de los turisteros gringos, es el antecedente remoto del Tianguis Turístico de México, cuya primera edición, bajo el nombre de Feria Internacional de Hoteles y Agencias Turísticas de Acapulco, se llevó a cabo en 1975, todavía en el sexenio de Luis Echeverría Álvarez. Fue una propuesta de Miguel Alemán Valdés, que presidía entonces el Consejo Nacional Turístico.

La realización del Tianguis y la industria sin chimeneas en general son claves para el país. Se trata de la principal actividad que da empleo a mujeres y a jóvenes, y representa alrededor del 9 por ciento del PIB. El Pow Wow 2025 será en lo que fue el rancho de la Tía Juana.

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