Opinión

Mario y Francisco. Semana de despedidas

Papa Francisco El Vaticano dio a conocer el testamento del santo padre (ETTORE FERRARI/EFE)

Los ecos de la muerte del narrador peruano, Mario Vargas Llosa, y la partida del argentino Jorge Mario Bergoglio, conocido como Papa Francisco, marcaron informativamente la semana a nivel mundial, mientras que aquí, entre nosotros, ocupó la atención un agresivo spot del gobierno de Donald Trump que se transmitió en un partido de futbol, lo que provocó una reacción contundente del gobierno mexicano que vio en el comercial una suerte de aparición maligna que debe quedar prohibida por ley, lo que muestra sin lugar a dudas que México es el rival más débil en la lucha por la narrativa de la relación bilateral.

Sobre el Nóbel peruano quedó claro que fue por años el narrador más importante de la literatura hispanoamericana, autor de obras influyentes que marcaron a varias generaciones de lectores. También quedó clarísimo que sus opiniones políticas le generaron enemigos que aprovecharon su muerte no para reconocer su inmortal obra literaria, sino para descalificarlo, por lo menos intentar hacerlo, por ser reaccionario, cualquier cosa que eso signifique en un mundo donde el socialismo real, digamos en Cuba, Nicaragua o Venezuela es una pesadilla para sus habitantes.

Por si fuera poco, Vargas Llosa, que siempre abjuró de la civilización del espectáculo, cuya máxima aspiración es el entretenimiento, terminó devorado por la llamada prensa del corazón que siguió de cerca su romance otoñal con Isabel Preysler, una celebridad española cuyo curriculum amoroso es casi tan extenso como la obra de Vargas Llosa. El Nóbel terminó sus días como un habitual de la revista Hola! Karma instantáneo.

Del Papa Francisco se ha destacado su papel como conciencia del mundo, y como blanco de la fracción conservadora de la jerarquía católica que es despiadada y vengativa. Francisco tuvo rivales importantes entre ellos los hombres de negocios que se hacen pasar por Legionarios de Cristo cuyo jefe Maciel resultó un depredador sexual. Francisco

fue el primer Papa Latinoamericano y su papado arroja un saldo muy positivo. Su muerte no sorprendió a nadie ya que su salud se deterioró de manera pronunciada anunciando el final inminente. Ahora mismo se están ultimando los detalles de su funeral de Estado que tendrá impacto mundial. Acudirán conocidos demonios como Trump y Milei que acudirán a Roma para certificar que el Papa esté realmente muerto.

Después del funeral comenzará el Cónclave, ese proceso de película en el que los cardenales con derecho a voto elegirán al próximo obispo de Roma que conducirá la iglesia por lo menos diez años más. Todos hacen sus quinielas, los expertos adelantan que un perfil como el de Peter Erdo, cardenal de Hungría nacido en Budapest en 1952 sería el adecuado, aunque hay quienes piensan que es el turno de Asia o de África de tener su primer Papa. La Iglesia Católica sigue siendo protagonista central de la política mundial, aunque su influencia en la vida diaria de las personas se ha ido desdibujando hasta casi desaparecer. Se requiere en el trono de San Pedro a un hombre culto que sepa leer las circunstancias de nuestros días.

La presidenta Sheinbaum resolvió no ir al funeral y en su lugar irá la secretaria Rosa Icela Rodríguez que tiene en México su propia cruzada, encausar dentro del Estado, la lucha de las madres buscadoras, lo que no será nada fácil, como lo demostró el asesinato de María del Carmen Morales, integrante del colectivo que dio con ese lugar infernal que era el Rancho Izaguirre, allá en la tierra del Mencho. ¿Qué pensarán de esta muerte los Alegres del Barranco? ¿Le harán otra canción al jefe del CJNG?

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