Opinión
8M: Reducir brechas digitales para la equidad y desarrollo de las mujeres
Blanca Lilia Ibarra

8M: Reducir brechas digitales para la equidad y desarrollo de las mujeres

Este 8 de marzo, miles de mujeres de mundo salen a las calles para alzar la voz por las que ya no están con nosotras. Marchan por las millones de víctimas de violencia y discriminación. Se reúnen en las calles y avenidas por las mujeres, niñas y adolescentes que son víctimas de algún delito en razón de género. Este 8M y todos los días, miles de mujeres desde distintos ámbitos del activismo alzan la voz por sus abuelas, mamás, hermanas, amigas, colegas y por las mujeres de sus comunidades. El 8M no es un día de celebraciones, ni para pintarnos de morado: es una jornada para reconocer las injusticias e inequidades a las que son sujetas las mujeres empobrecidas, para visibilizar las problemáticas y violencias específicas que sufren las mujeres en situación de vulnerabilidad, es un día para levantarnos y caminar juntas por todas nosotras: las de entornos rurales, las de las periferias, para las mujeres de todas las edades, razas y condición social. El 8M es una jornada que exige reflexión y el posicionamiento de temáticas que son fundamentales para la diversidad de los grupos.

Para su edición 2023, la ONU coincidió en la importancia de reflexionar sobre las implicaciones que el contexto digital ha traído a la vida de las niñas, adolescentes y mujeres. Con el tema: “Por un mundo digital inclusivo: innovación y tecnología para la igualdad de género”, nos unimos para exponer y visibilizar las deudas globales que la sociedad tiene con la población femenina de todos los países y regiones: para la garantía de sus derechos humanos y libertades, la erradicación de la violencia y la discriminación, los retos y desafíos que debemos encarar para asegurar condiciones más justas y equitativas tanto en los espacios públicos como en los privados, destacando la importancia de las medidas que debemos tomar para asegurar interacciones más seguras e inclusivas en el ámbito virtual.

La violencia digital silencia, excluye y vulnera los derechos humanos de las mujeres. Esta violencia que se apoya en las tecnologías de la información y comunicación socava la libertad de expresión y trastoca la seguridad, dignidad, privacidad e integridad de las víctimas, excluyéndolas del entorno digital y derivando en muchas más implicaciones en el mundo real. Por ejemplo, un reporte de ONU Mujeres, “Progreso en los objetivos de desarrollo sostenible. La instantánea de género 2022”, encontró que, 9 de cada 10 mujeres que experimentaron violencia digital optaron por limitar su actividad en Internet, lo cual aumentó la brecha digital de género.

Es preciso avanzar en el abatimiento de la brecha digital para asegurar que las mujeres cuenten con un espacio seguro para la educación, la creatividad, su desarrollo, el trabajo y la socialización, así como para asegurar que las desigualdades preexistentes no se profundicen. Pues, si consideramos al Internet como una herramienta necesaria que impulsa el conocimiento, la profesionalización, la comunicación y la adquisición de habilidades que las niñas, adolescentes y mujeres necesitarán para el futuro, resultan indispensable garantizar su acceso y cerrar la brecha digital.

La brecha digital de género continúa siendo una constante en México y en el mundo, dejando a una gran cantidad de mujeres relegadas del desarrollo digital, sobre todo cuando hablamos de mujeres en situación de pobreza, con poca escolaridad, por ser pertenecientes a un pueblo o comunidad indígena o, por vivir con discapacidad. Estas diferencias y desigualdades entre las oportunidades para acceder a la tecnología que ofrece la revolución digital, limitan el acceso a oportunidades de participar en la economía y de lograr posiciones profesionales estables y con protección social. Además, al restringir la capacidad para lograr la igualdad de las mujeres en el espacio digital, también se impide el ejercicio de otros derechos, como el derecho a la educación, a la información, a la no discriminación, a la protección de los datos personales y a la libertad de expresión. De tal modo, al combatir la brecha digital aseguramos mejores condiciones para las mujeres.

En el Instituto Nacional de Transparencia, como instancia encargada de velar por dos derechos humanos indispensables para la Era Digital: el acceso a la información y la protección de los datos personales, sabemos que parte de nuestra labor para garantizar estos derechos humanos en el entorno digital, reside en el impulso de acciones para la alfabetización digital y el desarrollo de un consumo más crítico y responsable de la información en Internet. Ello mediante la sensibilización y socialización del ejercicio de los derechos fundamentales que tutelamos.

En el INAI estamos comprometidos a continuar trabajando, en nuestro ámbito de competencia, para eliminar las barreras invisibles que impiden la participación equitativa de las mujeres en los espacios públicos y privados: asegurar sus derechos y promover mayor conocimiento sobre ellos, será clave.

Una mujer que tiene acceso a las herramientas digitales

Una mujer que tiene acceso a las herramientas digitales

Blanca Lilia Ibarra, Comisionada presidenta del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales