Opinión

Una alianza extraña

Inusual, por llamarle de alguna manera, la forma de emprender el proceso de elección de gobernador del Edomex por parte de la Alianza Va por México, conformada por PAN, PRI y PRD.

Cada partido tiene un pre candidato. Enrique Vargas, por el PAN; Omar Ortega por el PRD y Alejandra del Moral o Ana Lilia Herrera por el PRI.

Ninguno de ellos tiene en su mano la decisión. Las dirigencias partidistas tendrán la última palabra. Falta que decidan si van juntos o separados. Y, si hacen alianza, de qué partido será el candidato.

Alejandra del Moral, la aspirante tricolor más mencionada, aseguró que le corresponde al PRI elegir, por ser el partido de la alianza con más votos en la entidad, pero hasta ella misma desconoce qué terminará ocurriendo.

Mientras tanto, todo está listo en la acera de enfrente para que el primer acto de campaña formal de la maestra Delfina Gómez, como candidata de Morena en calidad de responsable del Comité de Defensa, sea el anuncio de su renuncia a la SEP y el nombramiento de quien la sustituirá en el cargo.

Dicen los que saben que el diputado Sergio Gutiérrez Luna se jugará su resto en el evento de informe de labores como legislador en Veracruz.

Quiere ser candidato de Morena, pero cada vez se le complica más. Ya quedó claro que el gobierno local, incluido el Congreso, tiene una aspirante consentida, la secretaria de Energía, Rocío Nahle.

La cita es en el Centro de Convenciones de Minatitlán, de donde es oriundo el legislador, que recurrirá a esa carta, la de haber nacido en el estado, para recuperar algo del terreno perdido.

El invitado de honor, según la prensa local, es el titular de la Segob, Adán Augusto López, que será recibido en su calidad de aspirante presidencial.

Todavía no se sabe si asistirá el gobernador Cuitláhuac García que está formado en la ventanilla de Claudia Sheinbaum y opera en la entidad a favor de Nahle.

El propio presidente López Obrador hizo barbacoa en la mañanera un borrego periodístico que daba por hecho el nombramiento de María Elena Álvarez-Buylla como nueva secretaria de Educación Pública.

Algunos dieron por hecho que el nombramiento se formalizaría ayer mismo aprovechando la visita de la directora general del Conacyt a Palacio Nacional, pero no.

Álvarez- Buylla no va a la SEP, lo que significó para muchos un alivio que duró poco porque el presidente la ratificó de inmediato, delante de todo mundo, como titular del Consejo de Ciencia y Tecnología, así las cosas.

El misterio de la SEP se decidirá en cuestión de horas, pero el humo que salía de Conacyt era un borrego. ¿Ya habrán pasado por el consomé?

Hubo un tiempo en que al club de las corcholatas se podía inscribir cualquiera. El presidente mismo incluyó hasta embajadores a los que les cayó de sorpresa enterarse de que eran, digamos, “presidenciables”.

Ni en su larga lista de corcholatas ni mucho menos en su versión corta, la reducida a tres nombres, el mandatario incluyó el nombre de Olga Sánchez Cordero.

Algo similar ocurrió hace poco con la lista de aspirantes de Morena para la jefatura de Gobierno de la CDMX, no apareció el nombre de la ministra en retiro y ahora senadora.

Es extraño que ella misma haya decidido descartarse de un par de listas en las que nunca estuvo encartada.

Lo cierto es que desde que se le nombró secretaria de Gobernación era ave de paso en Bucareli donde quien hace los nombramientos quiso usar su prestigio de haber sido parte de la SCJN.

Ella lo sabe. Por eso dijo que su objetivo es coadyuvar a que el Senado sea un verdadero contrapeso. ¿Contrapeso frente a quién?

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