Opinión

Se alquilan candidaturas en buen estado

En el libro La historia de los anuncios por palabras (Ed. de Comunicación, 1987), el gran publicista y escritor Eulalio Ferrer incluyó uno muy curioso publicado el 14 de julio de 1959 en el periódico Excélsior: "Cojo del pie derecho desea asociarse con cojo del pie izquierdo para comprar zapatos del número siete" (p.100). Una asociación similar podría ser promovida en la actualidad por nuestros partidos de oposición.

La mudanza de sigla partidista, sin mayor sustento político o ideológico que la caza de un puesto de elección popular, se convirtió en uno de los signos más habituales de nuestra ya no tan fresca ni tan nueva transición a la democracia. Cojos del pie izquierdo buscan refugio en el calzado de un pie derecho, y viceversa.

Ante la cercanía de una nueva justa electoral, los partidos una vez más ponen en alquiler sus siglas para saciar apetitos políticos de todo signo. Si tuviera que acudir a un anuncio en pocas palabras, Morena bien podría publicar el siguiente: “Se alquilan candidaturas en buen estado, resultados garantizados. Acuda. No tenemos sucursales”. Mientras que, en un acto de sinceridad, PRI, PAN y PRD podrían hacer suyo el publicado en El Heraldo de México el 4 de julio de 1972: “Datsun 1964, baratísimo. Pintura mala, motor cansado, vestidura regular, radio perfecto. Camina. Américas 173, departamento 203, Colonia Moderna”. (p.89).

Publicados en periódicos y gacetillas novohispanas desde principios del siglo XVIII, y habituales en los diarios y revistas del país hasta ya entrado el siglo XXI, por más de cuatro centurias los anuncios en pocas palabras (se les conoce como APP en el mundo de la publicidad) acudieron a la brevedad del lenguaje y al ingenio con los más diversos propósitos: de la venta, renta o canje de productos a la oferta de toda clase de servicios; de la búsqueda de empleo, pareja o personas desaparecidas, a la circulación de mensajes religiosos, funerarios y patrióticos.

En la economía de sus palabras y su pintoresca diversidad los APP -o anuncios clasificados- dibujaron de manera involuntaria un cuadro de costumbres nacionales. Nos ofrecen una puerta trasera para penetrar en la historia de nuestra vida cotidiana y son, como lo documentó Eulalio Ferrer, sociología y antropología de lo inmediato, relato histórico en formato de telegrama. Por decirlo de otra manera, los APP son - ¿fueron? - los abuelos de los tuits y de todo aquello en texto, foto, video y audio que hoy se “postea” en las redes sociales de la era digital.

En particular Twitter, Instagram y TikTok se ha convertido en el medio idóneo para que precandidatos y candidatos con temperamento adolescente acudan a la brevedad de lo inmediato para sacarse selfies, bailar, sonreír, comer, besar, hacer bromas, vender, y a fin de cuentas presentarse como lo que no son: “cuates buena onda”.

Aquí una selección de APP tomados del libro de Ferrer, con un guiño a nuestra muy adelantada contienda electoral.

De la reflexión como reflejo, o de la falta de reflejos para reflexionar: “Quien tuviere un anteojo gregoriano de reflexión ocurra a la calle de Tiburcio número 49, donde se le comprará”. Gazeta de México, 14 de enero de 1784. (p.51).

Un servicio que le vendría bien a los menos diestros oradores de la pasarela presidencial: “Profesor español de gran prestigio, catedrático en oratoria y declamación de universidades y prestigiosos colegios, ofrece clases privadas. Profesionales y estudiantes, por las mañanas. Niñas y niños, por las tardes. Informes, Arcos de Belén 73. Teléfono 10-43-60. También se hace cargo de la dirección de cualquier obra teatral”. Excélsior, 28 de abril de 1952. (p.96).

Este otro para los precandidatos más exaltados: “Curso de control mental aplicado, directamente de Los Ángeles, California. 25 becas disponibles. Insurgentes Sur 2016, despacho 500”. Tiempo Libre, 12 de febrero de 1987. (p-97).

Y este para quienes la pluma no se les da: “Discursos de todas clases y brindis: cartas íntimas, familiares y de negocios, escribo: y también instancias y cualquier trabajo periodístico, literarios o de otro género. Corrijo escritos ya hechos. Véame, escríbame. Puede ser orador y escritor en cualquier momento: Don Luis: 9ª. Liverpool 152. Absoluta reserva”. Excélsior, 24 de febrero de 1935. (p.99).

En la antesala de las encuestas, recordemos que hubo un tiempo en el que se prometió domesticar al azar: “Lotería. Método infalible para ganar, (Derechos registrados). Pídalo a «Ediciones Técnicas». Apartado 32-248. México, 1, D.F. 97 pesos C.O.D. (Obsequiamos un cachito seleccionado)”. La prensa, 2 de marzo de 1977. (p.101).

¿Qué próxima reunión partidista podría anunciarse de esta manera?: “Próximamente asamblea esotérica. Maestros, instructores, guías: estén pendientes por este medio”. Tiempo Libre, 2 de febrero de 1987. (p.109).

A la búsqueda del loro Demóstenes: “$200 pagamos por un loro que diga claramente «nadie vende calzado más barato que La Giralda, ni tiene modelos tan bonitos». Ocurrir: Gran Zapatería La Giralda, Brasil 54”. El Universal, 1 de febrero de 1928. (p.179).

Un APP de 1939 que nos explica el estado actual de nuestros cuerpos de seguridad: “Instituto Técnico Policial, director: Francisco Babún, Cursos orales y por correspondencia. Capacítese sobre la marcha para ejercer oficial o privadamente una brillante carrera policial. Inscripciones permanentes. Guatemala 10, despacho 102, México, D.F.” Excélsior, 21 de abril de 1939. (p.95).

Este anunció del Excelsior del 12 de julio de 1955 siento que estaba dirigido a mi:

“¿Intelectual de más de 40 años y no encuentra trabajo? No se desespere, tenemos el trabajo idóneo para usted, gestionando la venta de grandes obras como «México a través de los siglos» y otras notables ediciones nacionales e hispanoamericanas de constante demanda. Necesitamos personas cultas y educadas como usted. Visítenos en 5 de mayo 22, primer piso, o escríbanos al apartado postal 221 bis. Distribuidora Helios”.

Y estos dos últimos yo mismo pude suscribirlos:

Escritor. Un sujeto decente solicita destino por la pluma o en cualquier otra cosa. En el portal de San Agustín, cajón de cristales número 8, darán razón”. Diario de México, 1 de julio de 1815. (p.57).

“Busco trabajo como dibujante, tengo 50 años de aprendiz. Sr. Leobardo Alegría. Tel. 551-37-84”. Segunda Mano, abril 1987, (p.105).

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