En mi entrega del viernes pasado comenté el reportaje de Latinus sobre la dudosa asignación de contratos al empresario Amílcar Olán Aparicio, amigo cercano del hijo del presidente, Andrés López Beltrán. El inquilino de Palacio Nacional rebatió el señalamiento en la mañanera de ese mismo día, cuestionando: “¿Qué tiene qué ver Andrés? En el supuesto de que es su amigo, ¿qué tiene que ver si él (Olán Aparicio) tiene una empresa y hace un negocio lícito o ilícito?” Mmmmhh…
El mandatario continuó con la exigencia de que se mostrara “que hay un escrito donde él (Andrés hijo) le pide al gobierno que le den el contrato (a Olán), él recomienda, o le pide favor a un funcionario; pero nada.” Doble mmmmhhh… Ya parece que el hijo presidencial va a ser tan torpe como para poner la petición por escrito; como dijo algún diputado hace cien años: se les acusa de corruptos, no de tarugos.
Latinus anunció que en enero seguirá con las revelaciones. Por lo pronto, Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad profundizó sobre la trayectoria empresarial de Olán Aparicio y su empresa Romedic, S.A., a partir de documentos oficiales obtenidos mediante solicitudes de transparencia (MvsCI, 7/12/2023). ¿Ve para qué sirve el INAI?
La buena fortuna Romedic empezó en Tabasco; ¿dónde más podía ser? Ahí fue la ganadora de cuatro contratos por 216 millones de pesos, con lo cual se hizo acreedora al 15 por ciento del presupuesto que el INSABI transfirió a esa entidad. Mucho para una empresa que ni siquiera tenía un año de constituida; claro, a menos de que tal condición fuese obviada por el gobierno morenista de la entidad.
Después de Tabasco, Romedic continuó su exitosa carrera en Quintana Roo, muy al inicio de la administración de Mara Lezama. El presupuesto transferido por el INSABI a esa entidad en 2022 fue de 350 millones de pesos, de los cuales Romedic obtuvo el 62 por ciento. Al respecto, en este espacio ya comentamos que “la contratación de Romedic no tendría nada de particular, si no fuera porque su empresa fue fundada en 2020, está boletinada por la COFEPRIS, la respuesta a la licitación fue dada en unas cuantas horas y le pagaron por adelantado.” Demasiadas excepciones, ¿no le parece?
Mire, don Juan Carlos, no estamos hablando de que Romedic proveyera lápices y que si éstos resultaran defectuosos pues nadie saldría lastimado más allá del dinero mal gastado. Hablamos de la salud de la población y COFEPRIS puso a Romedic en la lista negra de “distribuidores de medicamentos que no cumplen con la regulación sanitaria”.
Lo anterior quiere decir que los productos vendidos por Romedic “no garantizan su calidad, seguridad y eficacia, y no cuentan con certificaciones de buenas práctcas de fabricación, conservación o distribución.” Aun así fue contratada por el gobierno de Quintana Roo. Lógicamente, tal falta de garantías supone inseguridad en el efecto terapéutico de los medicamentos. Nada más imagínese, diputado Romero, que a un diabético le dan una insulina inservible…
Veamos otras amistades.
Alejandro Calderón Alipi y su hermano César son grandes amigos de Andrés hijo. Al inicio de la 4T, Alejandro formó parte de la ayudantía del presidente y en 2020 le dieron el cargo de Coordinador Nacional de Abastecimiento y Distribución de Medicamentos del INSABI; casualmente, es del presupuesto del Instituto de donde salieron los contratos de Romedic.
Bueno, todo México sabe del desabasto de medicamentos, lo cual hace evidente que la gestión de Calderon Alipi dejó mucho qué desear, pero eso no fue obstáculo para la 4T, pues hoy en día este personaje ocupa la direccón del IMSS-Bienestar, organismo sustituto del INSABI.
Calderón Alipi no pudo con la compra y distribución de medicamentos y ahora estará a cargo de cuatro mil centros de salud, 21 unidades médicas especializadas y 253 hospitales de los 22 estados adheridos al programa IMSS-Bienestar. ¿Qué puede salir mal?
Con tales “eficacias” y “pertinencias” alrededor de los servicios de salud, le voy a contar cómo anda México en comparación con el promedio de la OCDE, cifra que escribo entre paréntesis; nótese, no es el “top ten” de los países, sino el promedio:
Porcentaje de la población que hace gastos de bolsillo para atender sus enfermedades, 41 (18); porcentaje de mujeres con acceso a exámenes de cáncer de mama, 20 (55); porcentaje de amputaciones entre diabéticos 19.4 (7.5); acceso a los servicios de salud, 72.4 (97.9). De los pocos indicadores en los que México califica bien es en el de adultos mayores vacunados contra la influenza, 18 puntos arriba del promedio OCDE. (Health at glance, 2023).
“Alueguito” alcanzaremos a Dinamarca y se acabará la corrupción en el país. Descreído que es uno.
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