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En los comicios de 2024, más que votar por una candidata u otra, estaremos escogiendo el modelo del país en el que queramos vivir. No es poca cosa, porque la decisión afectará nuestras vidas directa e indirectamente. Les cuento:
Ayer, el presidente López Obrador afirmó que enviará una iniciativa de ley para desparecer los organismos autónomos (OA); a su parecer son muchos y onerosos. Según él, antes de promover una reforma fiscal, hay que evitar el gasto que suponen los OA. Lo cierto es que ni juntando todo el presupuesto de todos los organismos, durante cinco años, se puede tapar el hoyo fiscal del país. Ni AMLO ni sus antecesores han tenido la valentía política de llevar a cabo la tan necesaria reforma fiscal, porque resultaría muy impopular.
El presidente también aseveró que los OA “no sirven para nada”. A él no le gustan, pero a nosotros nos sirven y mucho. Estos organismos son autónomos en el sentido de que pueden decidir su organización y gestión interna, pero hasta ahí, porque están obligados a cumplir sus funciones de acuerdo con las leyes vigentes. Los primeros en ser creados durante la década de los 90s fueron el Banco de México, el IFE hoy INE y la CNDH. La intención que los sustenta es que, independientemente de la ideología del gobierno en turno, hay funciones de ESTADO a cumplir porque así lo marca la Constitución. El mejor ejemplo es la protección de los derechos humanos.
Todos ustedes, jóvenes electores, tienen claro por qué es importante el INE para contar con elecciones transparentes y confiables. Hay otros OA a los que se les presta menos atención, pero cuya labor es muy relevante. Tal es el caso del Instituto Nacional de Geografía y Estadística, el cual tiene la obligación de proporcionar datos reales y sin carga ideológica sobre diversos temas de relevancia nacional. El INEGI no hace, por ejemplo, la encuesta sobre salud para jorobar el ánimo a la 4T; la realiza desde hace varios años para que el país tenga datos confiables sobre qué tanto se avanza o retrocede.
Otro organismo poco popular es el Banco de México. Cuando estuvo bajo la férula gubernamental, en más de una ocasión se le ordenó aumentar la circulación de dinero para generar la percepción de que la economía iba bien; eso ayudaba a encubrir las fallas en el manejo económico. Finalmente, la burbuja reventaba y no les platico las crisis financieras que vivimos: hiperinflación y desempleo galopante. Hoy en día, un gobierno puede tener la política económica que quiera, pero BANXICO impone medidas técnicas para controlar la inflación y cuidar las reservas.
La Comisión Federal de Competencia Económica garantiza piso parejo entre los proveedores de bienes y servicios, además de combatir los monopolios y las prácticas que entorpezcan el funcionamiento eficiente de los mercados. Esto aplica a gobierno y empresas privadas, de tal suerte que la COFECE ha emplazado lo mismo a la Secretaría de Energía, que a Google y a Walmart, para que otros proveedores entren a la competencia y se den opciones a los consumidores.
Finalamente “salió el peine” cuando el presidente declaró que “todo ese aparato que crearon paralelo al gobierno (fue) para tener control de todas las decisiones del poder público.” Esto es una falacia, porque los OA no deciden políticas públicas; su función es proteger ciertos derechos fundamentales. La afirmación presidencial demuestra que la 4T busca continuar centralizando el poder, como en el pasado ocurría. Mi generación y la siguiente luchamos por evitar gobiernos abusivos.
Del INE, por ejemplo, la 4T quiere controlar el padrón de electores y tener la oportunidad de manipularlo según sus intereses, como crecerlo o disminuirlo por distrito a fin de favorecer a sus candidatos, o vincular el padrón a los beneficiarios de los programas sociales. Eso ya lo viví en las épocas de los gobiernos autoritarios.
También quiere don Andrés desaparecer el Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información porque es a través de este organismo que podemos exigir la rendición de cuentas y enterarnos cuando hay fraudes encubiertos por cualquier autoridad. ¿Oyeron de la Estafa Maestra o de SEGALMEX? Esas malversaciones de miles de millones de pesos se supieron gracias a la obtención de documentos oficiales vía INAI.
Hay otros OA, pero el espacio se me acaba, así que concluyamos. Lo más probable es que la iniciativa presidencial no sea aprobada en el Congreso, porque al ser reformas constitucionales, requiere de dos terceras partes de los votos y no los tiene… por ahora. Así que AMLO insistirá en septiembre, cuando quede un mes de su presidencia, pero ya se habrá conformado el nuevo Congreso, donde espera tener la mayoría.
No solo son los OA los que intersan a López Obrador. También quiere nulificar al Poder Judicial, pero de eso les platico en otra ocasión.
¿Ven cuán importante es su voto? Más que elegir entre Xóchitl y Claudia, es para escoger diputados y senadores.
Su futuro, jóvenes, está en sus manos.
Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com
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