Opinión

Anorexia mortal para el INE

Ahora que están por analizar la constitucionalidad del Plan B de la Reforma Electoral (PB-RE), me permito aportarles algunos datos meramente operacionales sobre de las tareas del INE. No dudo que el Instituto pueda adelgazarse; digamos reducir su personal en10 ó 15 por ciento, pero algo distinto es llevarlo a la anorexia.

Las tareas del INE se caracterizan por un rigor extremo en su organización, logística y verificación; ¿de qué otra manera puede haber certeza y legalidad? Lo que no veo es cómo el INE, las Juntas Locales y los Organismos Públicos Locales Electorales van reducirse en 80 por ciento y en noviembre de este año, empezar a organizar los comicios del 24 ¡sin personal!

Pero como alguien tiene que hacer la chamba, supongo que se contratarían recursos humanos temporales, a los cuales habría que capacitar; además del tiempo que esto lleva, sin la garantía de que aprendan de volada, ¿dónde estaría el tan cantado ahorro? ¿No les parece ocioso, cuando el actual personal ya tiene toda la experiencia?

Les pongo algunos ejemplos de las tareas del INE de las que poco se habla.

Ha de revisarse la cartografía electoral y determinar la ubicación de aproximadamente 155 mil casillas distribuidas por todo el país y accesibles para los votantes según la sección electoral. Luego preparar los oficios solicitando el beneplácito de los habitantes del domicilio para ubicar ahí la casilla; alguien acude personalmente a cada casa a entregarlo. Aun cuando, la gran mayoría aceptara a la primera, habría que buscar otros domicilios para sustituir a los que no aceptaron.

Según el PB-RE, las casillas se ubicarían en planteles escolares, pero aun así hay que revisar si en todas las secciones electorales hay suficiente número de escuelas. En algunas sobrarán, en otras faltarán. Hacer los acuerdos con la Secretarías de Educación federal y estatales, suena fácil, pero no hay garantía de que los planteles estén cercanos a toda la población.

A continuación preparar los directorios de ubicación de casillas, sin un error alguno, para su publicación masiva.

Veamos las boletas. En la próxima elección se disputarán la Presidencia, 500 diputados federales, 128 senadores, nueve gubernaturas, algo así como 900 diputaciones locales y mil 580 ayuntamientos, 16 alcaldías y 24 juntas municipales. Algo así como siete mil 500 puestos de elección popular.

Es fácil es preparar la boleta para presidente y gobernador, pero ahora imaginen lo que es preparar las boletas para diputados, ya que son por distrito. Si son federales, hablamos de 500 versiones de boletas; si son locales aproximadamente 900 versiones. Y lo mismo aplica para el resto de los cargos en disputa. ¡Imaginen si se omite a un candidato o se le coloca en el distrito equivocado!

Después de realizar la impresión en condiciones de alta seguridad, se arman y distribuyen los paquetes de boletas, actas, etc. Es impensable que por error se manden las boletas del distrito IV de Guanajuato al IV del estado de al lado, porque no se pueden sustituir y se entregan con poca antelación para evitar su mal manejo.

De nuestra muy apreciada credencial de elector, el INE emite en promedio 160 mil diarias en sus 900 módulos. No se trata solo de tomar la foto del elector y recabar su firma, sino también de cotejar sus huellas y datos personales en la base a fin de evitar fraudes, para luego asentar los cambios a que haya lugar en el padrón. Y justamente en la revisión del padrón es donde se detecta si se tiene que abrir más de una casilla por sección electoral, pues no deben de rebasar 750 votantes y eso impacta la ubicación de las casillas, cuando no de la distritación.

Otro ejemplo. Las auditorías a los gastos de campaña es vital, para que no sea el dinero el factor de mayor impacto en los votos, máxime cuando el crimen organizado acecha al poder para sus propios intereses. Multipliquen –conservadoramente- los cargos en disputa por tres candidatos en cada uno; eso nos da 22 mil 410 casos a auditar y rapidito. ¿Quién va hacerlo?

No se vale, señores ministros, destruir el andamiaje institucional y operacional que da certidumbre, equidad y legalidad a las contiendas electorales.

Es el momento para demostrar la separación de Poderes y la existencia de contrapesos legales y legítimos frente a las arbitrariedades del Ejecutivo.

Llegó la hora de la Corte… Que se levante realmente como Suprema.

Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com

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