DR. SABINO BASTIDAS,
ANALISTA POLÍTICO:
+La polarización elimina las soluciones
intermedias y obliga a todo el mundo
a tomar partido.
Moisés Naim
Estimado Sabino, seguí con atención tu participación en el programa de Leo Zuckerman, “Es la hora de opinar” (26/01/23). Tú, como muchos otros analistas y columnistas, nos hacemos cruces con el ignominioso Plan B de la Reforma Electoral (PB-RE) promovido por el presidente.
No voy a repetir las muchas razones por las que considero que el PB-RE lesiona nuestra democracia; ya se ha dicho y escrito suficiente al respecto. Baste decir que sin un garante de la legitimidad, la legalidad y la imparcialidad en el proceso electoral como son el INE, las Juntas Locales y los Organismos Públicos Locales Electorales, volveremos al escenario en el que la única certidumbre era sobre quién sería el ganador y no sobre el proceso para hacer valer la voluntad popular.
¿Por qué AMLO propuso el PB-RE, si todo indica que cualquiera de los dos pre-candidatos punteros de MORENA tienen buenas probabilidades de ganar? Además de la pasión de ese “fandom” que son los pejelovers, el candidato morenista contará con todo el aparato gubernamental, campañas anticipadas, los Servidores de la Nación, los programas sociales para coaccionar el voto y tantos otros medios de fuerza. En síntesis, no tendría el triunfo asegurado, pero es bastante probable.
Porque he dado seguimiento al Peje desde hace tres décadas, me atrevo a considerar lo siguiente:
AMLO siempre va tres pasos delante de todos, creando conflictos con objetivos específicos en cada etapa y, de paso, desgastando a sus adversarios. ¿Por qué no propuso la Reforma Electoral en la pasada Legislatura, cuando contaba con la mayoría calificada en el Congreso gracias a MORENA y aliados? También hubiera estado a su favor que la Suprema Corte de Justicia de la Nación se hace bolas con las impugnaciones a reformas constitucionales que, por lo menos en el procedimiento, cumplen los procedimientos.
Sin embargo, habría dado tiempo para que la oposición partidista y social se organizara mejor a fin de resistir y presionar por un debate extendido y profundo, evidenciando la pulsión antidemocrática del inquilino de Palacio y sus legisladores.
En fin, esta misma semana el Senado aprobará el PB-RE y aquí es donde el tiempo es, otra vez, un factor táctico de relevancia. No hay una fecha límite para que sea publicado en el Diario Oficial; puede ser de inmediato o dentro de tres meses, o cuatro, pero mientras no sea publicado, la Corte no puede discutir formalmente las controversias sobre el Plan y, por ende, dar una resolución.
Lo ideal, como tú bien dijiste en el programa televisivo, sería que la SCJN rechazara todo el conjunto del PB-RE aduciendo que, por su complejidad y trascendencia es imposible emitir una resolución antes del 1º de junio, fecha límite para entrar en vigor. Le harían un gran servicio a México, a los ciudadanos y a la democracia. Pero para nuestra desgracia es poco probable, máxime con los votos que López Obrador tiene asegurados con tres ministros.
Toda esta discusión conlleva ganancias secundarias para López Obrador; nos distrae de cuestionar otros temas relevantes, además de poner en jaque a los partidos de oposición y a los organismos de la sociedad civil.
… Y la pregunta prevalece:
¿Por qué AMLO, al vulnerar al INE, pone en riesgo la legitimidad del candidato vencedor? Si fuera uno de sus corcholatas, los morenistas tendrían todos los medios de acción para imponerlo. Si el opositor resultara triunfador, los morenistas tendrían todos los medios para descalificarlo. En ambos desenlaces, la reacción de los ciudadanos sería fundamental, ya sean pejelovers u opositores; de darse una reacción “acalorada” en cualquier bando o en los dos, se escalaría el conflicto. Ello nos llevaría, doctor Bastidas, a lo que ya apuntó el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdoba: el gravísimo riesgo de que el conflicto antes y después de las elecciones sea tan grande que éstas deban ser anuladas (El Universal, 29/01/23); no solo las presidenciales, sino también las de algunos diputados y senadores.
Mucho me temo que la anulación de las elecciones sería el pretexto perfecto para que AMLO declarara un estado de excepción (artículo 29 constitucional) y, así, seguir ocupando el Palacio Nacional hasta que se “apacigüen las aguas”.
Detesto los escenarios pesimistas. Ojalá me equivoque del todo… Un abrazo, Sabino…
Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com
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