Opinión

¡Apa discurso el de Gustavo Petro!

No más corridas de toros

No más corridas de toros

Extendiéndome sobre otro tema del que ya les había adelantado EL PUNTO hace algunos jueves, paso a costo que el pasado lunes y al coro de ¡no más olé!, Gustavo Petro, Presidente de la República de Colombia, dio el cerrojazo final a las “corridas de toros” en todo ese país, tras haber sido promesa de campaña tanto por cuando fue por la alcaldía de Bogotá como ahora que iba por la presidencia y, ¡cumplió! Sí, populista como se le está atacando desde las tribunas taurómacas; asimismo sí ex guerrillero, pero no insensible; sí demagogo, como todo político que se precie de serlo, y sí aprovechando el momento para arengar otras causas sociales, pero, el caso es que frente a una respetable y comprometida asistencia ciudadana que lo arropó (activistas, antitaurómacos, veganos, ambientalistas y menores de edad que no entienden de tal maltrato y mucho menos lo aceptan) en la otrora Plaza de Toros Santamaría, sancionó LA LEY que prohíbe en todo Colombia las “corridas de toros” dando margen de 3 años para que vean cómo se las arreglan económicamente los avorazados empresarios del ramo y demás gente que supuestamente vive… vivía… a costillas de tamaña crueldad. Como bien citó el mandatario durante su espléndido discurso en relación a la medida tomada: “Puede que (la tauromaquia) tenga ancestralidad, pero no puede, y menos la justicia, decirle al mundo que es cultura matar por diversión a los seres sintientes”. ¡Tómala! ¿Están leyendo inútiles? Al respecto…

Me hubiera gustado transcribir ese discurso tan emocionado, al tratarse del relato (medio garigoleado con politiquería) de un logro repleto de obstáculos que por décadas parecían imposibles de franquear, pero el espacio no me da. Sin embargo, quienes estén interesados en escucharlo podrán encontrarlo fácilmente tecleando el enlace: https://www.youtube.com/live/Flq8QZ6mb6o?feature=shared donde además podrán ver a la botarga Toribio entregando al presidente el documento estrella para su firma. Vale la pena atender lo dicho por quien bien calado en la dureza ahora va por una Colombia como “potencia mundial de la vida”, reconociendo además que se mantuvo ajeno y expectante de la decisión porque “para la salud de la ley” era mejor que fuese la expresión mayoritaria del pueblo colombiano y sus representaciones diversas quienes optaran por ello, sin omitir que se trató de un proyecto que tuvo una suerte impresionante de enemigos poderosos… “muy poderosos”… que trataron de frenar su desarrollo una y otra vez. Asimismo reconoció que él no se había encontrado con esa causa sino hasta que se promovió para alcalde bogotano y el animalismo lo abordó y comprometió con esa bandera fundamentada en razones éticas y morales, argumentos contra los que se han levantado muchas personas al son de la pérdida del “toro de lidia” y de empleos diversos, lo que aseguró poder ir solucionando en lo que dio por llamar un “reciclaje laboral”. Esto es, La posibilidad de conversión laboral de mucha gente que tradicionalmente ha vivido de ese negocio y para la que se requerirá un plan concreto, no retórico, a fin de encontrarles un desarrollo con dignidad y tener el menor número de perjudicados posibles. Quizás queden los que hacen negocio, dijo, porque anteponen la codicia a la vida debiendo ser al contrario, y sobre el asunto de que con LA PROHIBICIÓN vendría la desaparición del “toro de lidia” asumió que “había descubierto” que la raza es simplemente una construcción humana impuesta a La Naturaleza. Respecto al insistente alegato de respetar la tauromaquia como una forma de cultura concluyó que “no se puede decirle al mundo que es cultura matar por diversión a los seres sintientes”. Que esa historia de seguir asesinando lo que se considera inferior ya no era viable y que el fruto de la resistencia era este triunfo, aunque no dejó de reconocer la siempre presente posibilidad del retroceso vía judicial. Si lo sabremos por acá…

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