Opinión

¡Apa con la neurostenia!... ¿Ciudadana?

Animalidades

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Bajo la denominación de Parque Canino Gandhi, en mayo del 2022 fue inaugurado un espacio para que especialmente los perros con hogar en las colonias Polanco, Chapultepec Morales, Anzures y demás zonas aledañas pudieran contar con un lugar bien ubicado, seguro, cercado, controlado (por aquello de las heces y una posible interacción-sorpresa con menores y/o adultos mayores) y más que nada propicio para que socialicen entre pares y que a la vez sus tutores puedan hacer lo mismo con los suyos, saliendo de esa forma del marasmo de una capital invadida por departamentos sin suficiente metraje para que unos y otros se desfoguen, caminen y ventilen. Es por ello que casi todos los sitios similares que se han ido abriendo a lo largo y ancho de la capital mexicana han tenido éxito, partiendo más que nada de que en una urbe tan encementada y rodeada de vialidades donde por lo general los vehículos rebasan las velocidades permitidas e invaden las aceras (patinetas, patines eléctricos, motos y bicicletas), cada dia resulta más difícil salir a pasear sobre las banquetas (intransitables a falta de mantenimiento y/o destrozadas por las raíces de los árboles). Siendo así, encontrarse con estas oportunidades es muy gratificante para todos los que somos tutores perrunos y hasta para quienes no tienen como compañero de vida a un chucho, ya que simplemente ver a los guaguás divertirse libremente (sin estar sujetos a correa) y con tanta sencillez es fabuloso. Observar la perronalidad de cada criatura, en lo personal me resulta muy entretenido por cuanto al encontrase con otros visitantes frecuentes se saludan con alegría, a más de asistir generalmente limpitos, cepillados, juiciosos y hasta coquetamente arreglados, procediendo a compartir con los amiguitos las ramitas o piedritas que descubren o hasta su mismo juguete, comportamiento civilizado que me lleva a concluir que en mayoría de veces son ellos quienes sacan a socializar cívicamente a su humano y no al revés. Unas veces los miro alejándose tantito para disfrutar la compañía de sus pares y otras acompañando fielmente el paso lento y distraído de su humano, al que una vez cumplido el protocolo suelen acompañar tranquilitos en su lectura o esperando a que terminen de sumergirse en el teléfono móvil para renovar la marcha. En fin, que todo este preámbulo viene a cuento porque… mi no entender, y menos todavía que en la zona chapultepequense precisamente dedicada al ilustre GANDHI, se haya solicitado el cierre del parque canino domiciliado sobre Rubén Darío, Polanco, Alcaldía Miguel Hidalgo, a raíz de una inferida “molestia ciudadana” que a modo Amparo consiguió que el lugar se cerrara desde el pasado 2 de julio y hasta la fecha, y todo porque los ladridos de los perros… su comunicación natural… resultan en “contaminación auditiva. De momento la resolución es provisional, otorgada por el Magistrado del Tribunal de Justicia Administrativa de CDMX que responde al nombre de Erwin Flores Wilson, supuestamente con suficientes credenciales para manejar la materia, peeeero, sin haber observado que el parque tiene horario restringido (9-18 hrs.) y que por lo tanto los perrunos visitantes a la precisa área no interrumpen los horarios normales de reposo. Tampoco tomó en cuenta que por la ubicación los decibeles de la zona deben ser muy superiores a los ladridos, dado el infame tránsito vehicular de la zona y el mismo murmullo humano. Asimismo se desentendió del derecho que asiste a una mayoría para que pueda disfrutar de ese Espacio Público junto a sus tutelados canes, ni reflexionó el riesgo de que entonces los perros (que seguirán acudiendo) deambulen y correteen sin control por toda la extensión de los casi 300 metros cuadrados del Parque Gandhi, con los consecuentes riesgos para quienes no gusten o tengan temor a la convivencia con los lomitos. Expuesto lo cual, esperemos que no se otorgue una resolución definitiva y que a la provisional haya respondido adecuadamente el GCDMX a través de la SedeMA, para que de nueva cuenta contemos con ese imprescindible perritorio.

P.D. La semana pasada hizo de las suyas con mi texto el duende-demonio Titivillus que con tanto adelanto tecnológico ya creía yo desaparecido de las redacciones, pero no. Nuevamente intervino mi colaboración apelmazando 4 líneas que dejaron ilegible un párrafo. Me disculpo por ello pese a no tener responsabilidad, y agradezco al compañero y amigo Oscar Viale haber recompuesto el escrito en la edición virtual. Tan tan.

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