De acuerdo con la organización Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), especializada en el estudio de tendencias armamentistas y gasto militar en el mundo, ha dado a conocer recientemente que el dinero destinado a armamento internacionalmente en 2023 sumó 2.44 billones dólares, lo cual representa un aumento de 6.8 por ciento en términos reales en comparación con lo invertido en 2022. De manera que se trata del mayor incremento interanual desde 2009 en las cinco regiones definidas por el SIPRI, con incrementos especialmente significativos en Europa, Asia, Oceanía y Oriente Medio, es decir, en los últimos catorce años apenas en la segunda década del nuevo milenio.
SIPRI identificó un grupo de 10 países que, con Estados Unidos, China y Rusia a la cabeza, fueron los que más gastaron en el año señalado de 2023. El gasto militar se elevó por noveno año consecutivo hasta alcanzar este nuevo máximo histórico, y que bien podría seguir al alza en los siguientes años dadas las tendencias que pueden observarse en varias partes del mundo en cuanto a la irrupción y profundización de conflictos. (“El gasto militar mundial aumenta en medio de guerras, tensiones crecientes e inseguridad”, SIPRI, 22abril2024, www.sipri.org)
Sin que resulte ninguna revelación sorpresiva, el investigador Nan Tian de dicha organización, sostiene que el aumento del gasto militar sin precedentes es resultado del deterioro mundial de la paz y la seguridad, ya que los “Estados están dando prioridad a la fuerza militar, pero corren el riesgo de entrar en una espiral de acción-reacción en un panorama geopolítico y de seguridad cada vez más volátil.” Desde esa óptica, SIPRI ofrece datos por región para ilustrar el conjunto que ha arrojado el aumento inusitado de dinero en armas. Por ejemplo, en el marco del conflicto con Ucrania, Rusia acrecentó 24% su gasto militar, aproximadamente USD109 mil millones en 2023, que representó 16% del gasto público total y su carga militar fue de 5.9%. Por su parte, Ucrania fue el octavo país que más gastó en 2023, el gasto creció 51% hasta alcanzar USD64,800 millones.
SIPRI anota que Estados Unidos se mantuvo como el país con el mayor gasto militar de la OTAN, si bien los miembros europeos de la Alianza Atlántica incrementaron su inversión armamentística. En 2023, los miembros de la OTAN gastaron USD1.34 billones, equivalentes al 55% del gasto militar mundial. En ese marco, EU llevó su gasto militar a USD916mil millones, un 2.3% más, representando 68% del presupuesto destinado a este rubro por la OTAN. Otro investigador del SIPRI, Lorenzo Scarazzato, señala que el conflicto ruso-ucraniano ha cambiado las perspectivas de seguridad de los países europeos de la Alianza Atlántica, lo cual explica en buena medida la elevación apreciable en su gasto de armas. “Una década después de que los miembros de la OTAN se comprometieran formalmente a destinar el 2% del PIB a gastos militares, 11 de los 31 miembros de la OTAN alcanzaron o superaron este nivel en 2023, la cifra más alta desde que se asumió ese compromiso.”
En Asia, China es el segundo país internacionalmente con mayor gasto militar, destinando en 2023, USD296 mil millones, un aumento de 6% respecto de 2022, pero lo cierto es que ello ha contribuido a disparar el gasto de sus vecinos. Japón destinó USD50,200 millones en 20023, 11% más que en 2022. Taiwán hizo lo propio con USD16,600 millones, 11% en 2023. India, fue el cuarto país del mundo con mayor gasto militar en 2023 (USD83,600 millones)
En Oriente Medio el gasto armamentístico creció 9%, situándose en USD200mil millones en 2023, la mayor tasa de crecimiento anual en diez años. Israel acrecentó su gasto en un 24%, el segundo mayor de la región después de Arabia Saudita, hasta alcanzar USD27,500 millones. Dice SIPRI que este aumento se debió principalmente a la ofensiva militar impulsada en Gaza a partir de inicios de octubre en 2023 ante el ataque de Hamás, y frente al temor de una ampliación del conflicto en la región. Irán fue el cuarto país de la región con mayor gasto militar en 2023 con USD10,300 millones. SIPRI indica que América Central y el Caribe no fue la excepción, ya que en 2023 el gasto militar fue 54% superior al de 2014, si bien las razones en esta región son diferentes, más bien enfocadas al uso de las fuerzas militares en el combate a la delincuencia organizada, destacando los casos de República Dominicana, con un crecimiento de 14%, y México con USD11,800 millones, 55% más que en 2014, pero 1.5% menos que en 2022.
Sin duda esta situación genera muchas ganancias a la industria armamentística mundial, pero también abre importantes cuestionamientos éticos sobre la utilización de esas armas y sobre la posible desatención de áreas prioritarias en materia política, económica y social que ello hace suponer como el fomento al desarrollo, el combate de la desigualdad y la pobreza, así como el cuidado del medio ambiente, entre otras. El comercio mundial de armas es un mercado de alto rendimiento que trasluce la idea de que la guerra puede ser cruel pero lucrativa.
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