Un asunto por demás interesante pero que ha pasado de noche para observadores e investigadores sobre el tema, es el relacionado con las autopistas, que a finales de los años ochenta, bajo un esquema mañosamente diseñado, fueron concesionadas a diversos grupos privados, en algunos casos hasta por 30 años, período en el cual, los cálculos en cuanto a ingresos por el cobro de peajes, serían suficientes para que los privados recuperaran la inversión realizada en su construcción, más una tasa interna de retorno (TIR) razonable.
Lo cierto es que ninguna de estas concesiones que involucraron importantes inversiones, habiendo cumplido el plazo estipulado en la concesión, fueron regresadas a la entidad concesionante, sea ésta el gobierno federal o estatal.
No se entiende cómo es posible que, en 30 años, no se hayan podido recuperar las inversiones realizadas. El tema mueve al sospechosismo ya que los concesionarios se han valido de una serie de argucias contables y financieras, para las que nuestros contadores se pintan solos, a fin de que las autopistas nunca se regresen. Han llegado al extremo de utilizar las monetizaciones de los flujos futuros para que las concesiones continúen, invitando a inversionistas institucionales y a las afores, inclusive han montado en el capital, con esquemas de Fibras, a inversionistas extranjeros.
La coyuntura que se presenta ante el cambio de gobierno en el Estado de México, donde se concentra el mayor número de este tipo de concesiones, es una oportunidad de oro para que la maestra Delfina, flamante gobernadora electa en el estado, que ha estado gobernado los últimos 94 años por el PRI, haga historia con decisiones que marquen un antes y un después en este tema.
Se tendría que asesorar de especialistas para que le expliquen la complejidad del asunto, a fin de que pueda tomar decisiones que beneficien a todos los habitantes del estado, retirando estas concesiones que ya llevan cerca de 50 años en manos de los grupos privilegiados de siempre. Hablamos, por ejemplo, de PINFRA, IDEAL y ALEATICA, antes OHL.
De esta manera, los ingresos de estos proyectos, por citar sólo algunos ejemplos, donde sobresalen las autopistas, México- Toluca, Circuito Exterior Mexiquense, Viaducto Bicentenario, La Venta – Chamapa, Toluca- Atlacomulco y Toluca – Naucalpan, que suman cerca de 500 kilómetros de autopistas y cuyo aforo rebasa los 535 mil vehículos diarios, podrían beneficiar los intereses de los mexiquenses y se acabaría el beneficio para unos cuantos.
Veremos si la maestra Delfina logra romper esos cotos de poder que al amparo de autoridades cómplices han hecho posible una mina de oro a base de corrupción e impunidad.
El gobierno de la 4T no se interesó en el tema y lo ha dejado pasar, aún cuando de haberse puesto fin a las concesiones de referencia, los beneficios para las finanzas del Estado de México hubieran sido importantes. Seguramente, como gobernaba el priista Alfredo del Mazo no fue una prioridad para el gobierno del presidente AMLO, condición que con la llegada de la maestra Delfina, cambia radicalmente y se presenta como una magnífica oportunidad para bien del Estado de México.
Amigo lector, lo invito a escuchar el día de hoy el programa “Hannia Novell a las 5”, por la Nueva Radio de la Ciudad de México 105.3 FM de 5 a 7 de la tarde, en donde platicaremos sobre este y otros interesantes temas.
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