Opinión

Biden, su boleta de calificaciones

Carta de Washington

El próximo 20 de enero se cumple un año desde que Joe Biden llegó al poder. Doce meses que no se puede decir que terminan positivamente: la pandemia que prometió acabar está fuera de control, la inflación impide la recuperación económica, un senador de su propio partido le está impidiendo realizar su plan de infraestructura que sería el gran logro y legado de su administración

Biden terminó 2021 con un nivel de aceptación popular de sólo 43 por ciento, mientras el 53 por ciento de sus conciudadanos lo ven desfavorablemente. Esto en contraste con el 57 por ciento que lo respaldaba cuando tomó posesión. Ha caído 30 puntos, un deslice que ningún mandatario ha tenido desde la Segunda Guerra Mundial, ni siquiera Donald Trump.

Su bajo nivel de popularidad es asombroso si tomamos en cuenta que ningún mandatario en la historia de Estados Unidos ganó la presidencia con más votos que él.

Su primer año en la Oficina Oval ha sido casi desastroso. Algunos analistas lo califican de humillante, sobre todo después de que en la primavera, el presidente hablaba triunfalmente del cercano fin de la pandemia, solo para verla resurgir con un número récord de casos.

Es cierto que la variante Omicron es algo fuera de su control pero el gobierno tuvo meses para prepararse con pruebas para el invierno y no lo hizo. A su favor el hecho de que cuando asumió el cargo solo un 1 por ciento de los estadounidenses estaba vacunado, hoy lo está el 71 por ciento.

Otro punto en su contra ha sido la crisis en la frontera sur por donde cerca de dos millones de inmigrantes sin visa entraron el último año. Miles han sido repatriados o esperan en México viviendo en condiciones infrahumanas, sin que Biden ni la vicepresidenta Kamala Harris, a cargo del asunto, hablen del problema o propongan una solución.

Grave también ha sido la caótica retirada de Afganistán que le cedió el poder al Talibán, cuando soldados estadounidenses perdieron la vida y Washington despiadadamente dejó no solo a las mujeres y niñas afganas sin protección, sino que abandonó a su suerte a personal local que le sirvió por décadas.

Biden también ha fallado en controlar el crimen, principalmente en las 16 ciudades más violentas del país, que coincidentemente tienen alcaldes demócratas. Y qué decir de las armas, después del racismo el problema más grave de este país, donde los ciudadanos aman más a sus pistolas que a sus hijos. Esto lo vemos cada que se da un tiroteo masivo y nada cambia.

Aun así Estados Unidos está mejor con él que con su antecesor, solo que al capitán le está llevando demasiado tiempo enderezar el barco.

Y 2022 podría ser aún más difícil para el presidente, si el congreso regresa a los republicanos. Su propio partido está en Guerra Civil y algunos de sus miembros ni siquiera lo respaldarían para la reelección.

Joseph Robinette Biden Jr

Joseph Robinette Biden Jr