SR. KENNETH SALAZAR,
EMBAJADOR DE EUA EN MÉXICO:
Supongo que se sorprendió al ver que el juez séptimo de Distrito de Amparo en Materia Penal en Jalisco, Francisco Reséndiz Neri, concedió un amparo a Rafael Caro Quintero en relación con su eventual extradición a Estados Unidos, donde lo reclaman las cortes de California y de Nueva York.
Le confieso que a mí también me sorprendió la medida, así que recurrí al abogado penalista Marco Tulio Ruiz, quien me explicó que el amparo solo protege a Caro de una extradición inmediata, como lo solicita EUA, y mientras se agota todo el procedimiento del caso, para lo cual su gobierno tiene mucha tarea por delante.
Primero, en un plazo de 60 días, EUA debe solicitar la extradición a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y, para que no se la rechacen, supongo que se basará en los cargos imputados a Caro en la Corte de Nueva York, a saber, tráfico de drogas y lavado de dinero.
Lo menciono porque dentro de los supuestos por lo cuales México podría negar la extradición, el único que cabe es que Caro ya purgó condena -al menos en parte- por el mismo delito que se le quiere procesar en la Corte de California, esto es, el asesinato del agente de la DEA, Enrique “kiki” Camarena.
No dudo que el gobierno estadounidense ya tenga más que preparada toda la documentación que soporta las razones legales para la extradición, así que seguramente el expediente será recibido por la SRE mucho antes de la fecha límite.
Aquí es donde su gobierno, embajador Salazar, se tiene que armar de paciencia. La SRE revisará el expediente y suponiendo que no le falte nada, lo turnará a la Fiscalía General de la República y ésta, a su vez, lo enviará a un juez.
Una vez revisadas las imputaciones, el juez llamará Caro a comparecer y le informará de la solicitud de extradición; desde luego, el acusado tiene derecho a presentar su argumentación de defensa.
Entre idas y venidas, se irán dos o tres meses, después de lo cual el juez envíará su “opinión jurídica” sobre el caso a la SRE. Entrecomillo esas dos palabras porque no se trata de una sentencia, sino de una opinión NO vinculante.
Y aquí es donde entra el tenebroso fantasma de la política, embajador. Una vez recibida la opinión jurídica, el Poder Ejecutivo -léase el presidente- decidirá si se extradita o no a Caro.
¿Se atreverá el gobierno mexicano a negar el traslado del “narco de narcos” para ser juzgado en EUA? Siempre cabe la posibilidad de que la 4T adujera que a Caro le faltarán hasta 12 años para completar su sentencia y que, después, “con mucho gusto se los mandaremos…”
Aun cuando no juzgaran a Caro por el asesinato de Camarena, es de esperar que les “suelte la sopa” sobre todos los posibles involucrados, vivos o muertos. En 12 años, Manuel Bartlett ya tendrá 98 años de edad, así que se les va a escapar para indiciarlo por su supuesto vínculo con ese crimen.
Pero, ojo, aquí hay un retrueque legal:
En 1985, Caro fue sentenciado por un juez federal y en 2013 logró un amparo porque el delito de homicidio era del orden común. Cuando esto ocurrió todavía no aplicaba el principio penal de que una agresión a un agente/funcionario extranjero era un delito federal. Luego entonces, Caro Quintero no tendría por qué completar ningún tiempo más en una prisión mexicana.
Claro, siempre queda la desfachatez de acusar a Caro por los delitos cometidos en estos últimos 10 años para procesarlo ooootra vez en territorio nacional y algún día, en algún lejano año, enviarlo a Estados Unidos.
Así que en un par de meses, su país y el mío verán qué tan comprometida está la 4T con el combate al narcotráfico…
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